La cita más importante del diseño iberoamericano
Separados por un océano, libres e independientes desde hace mucho. Preparados, engullidos todos por esa globalización que diluye los rasgos del mundo. Resumida la emancipación en un día de fiesta, yendo donde vamos los días de fiesta, yendo donde van las raíces: hoy se inaugura la sexta edición de la Bienal Iberoamericana de Diseño. Lazos y océanos.
Compartiendo un idioma de leve diferencia, somos capaces de entendernos, como hermanos, o casi. Curiosa manera de conectarnos mediante el diseño, la industria, la creación y sus satélites: hilos invisibles que nos une a través de un océano cada vez más fácil de saltar.
Han pasado diez años desde la primera BID en 2008. Podemos hablar de objetos, creadores o proyectos: ejemplos que han construido un discurso visual, material e ideológico. Una década de unión y de trabajo. De ir y venir (más bien un venir que un ir). Encuentros, algunos afortunados, de los que han surgido afortunadas conexiones, colaboraciones, y amistad incluso.
En 2008, la España que sospechaba estar en crisis no llevaba chófer ni guardaespaldas, tampoco tenía contactos en forma de red bajo los pies. Solo poseíamos un trabajo de sol a sol, una hipoteca poco informada y el silencio previo a la avalancha: el aire retenido en una respiración que muchos tratan de recuperar aún hoy.
Los años iberoamericanos posteriores se convirtieron en oportunidades, donde no había conquistadores ni conquistados, ni fuertes ni débiles, sólo iguales. Conclusiones resumidas en debates, charlas, exposiciones, puntos de vista comunes sobre problemas comunes. ¿La fórmula? Compartir, conocer y ninguna ambición que no fuera vivir el diseño. Aquí y allá.
No hay resumen obvio, no hay manera de expresar tan fácilmente una acción como la Bienal Iberoamericana de Diseño, salvo destacar su voluntad militante: la de defender la creatividad de los objetos, la tecnología y los espacios como herramientas que mejoran la vida de quien los usa. Optimismo y design, podríamos decir. O como concluye Gloria Escribano, coordinadora de la BID: comer, beber, amar… diseñar. ¿Qué mejor manera de resumir diez años?