Como una brisa fresca que atraviesa las noches de verano, como el olor de un puchero que impregna el hogar, como una energía que lo invade y lo eleva todo. De esta manera el estudio tailandés Enter Projects Asia ha sabido llevar una atmósfera slow a una fábrica de hielo en Waregem, un área industrial a las afueras de Bruselas.
La calidez del ratán en una fábrica de hielo
En el briefing, el cliente pedía reformular su sede con un toque de serenidad, y el equipo tailandés lo tuvo claro: conquistar el ambiente gris con una cálida estructura de ratán que alcanzara los ocho metros de altura y que respondiera a la necesidad de aportar calma y equilibrio a estas oficinas de hormigón de 300 m2. Esta instalación, que nació en plena pandemia, ve la luz dos años más tarde. Un hito en el trabajo a distancia que ha conseguido salvar los más de 9000 km que separaban al cliente de los diseñadores.
En contraste con la rotundidad de la arquitectura, la escultura de ratán adopta una forma fluida, que preside el edificio a la vez que lo recorre. Este elemento no es meramente decorativo, también absorbe el ruido y modifica el espacio con los diferentes juegos de luces y sombras que el sol genera a lo largo del día. El primer contacto visual tiene lugar en el vestíbulo, donde la pieza da la bienvenida con su imponente altura y atrae al visitante, que no puede sino seguir su estela. Un camino que a veces es ligero y continuo y otras se abre para acentuar alguna zona o, incluso, para originar una pausa que se convierte en mobiliario.
Un leitmotiv en Enter Projects Asia
La calidez del ratán contrasta con la procedencia gélida del concepto. Su utilización como componente fundamental —ya característico en las obras de Enter Projects Asia— no solo ha dotado de personalidad al proyecto. Además, ha posibilitado que múltiples familias de artesanos tuvieran una ocupación que les permitiese mantenerse a flote en el mayor período de incertidumbre de nuestra historia reciente.
Aparte de su esculturalidad fuera de escala, la gran dificultad de esta propuesta ha sido, sin duda alguna, la organización entre diseñadores, directores creativos y fabricantes que, sin conocerse y pese a estar repartidos entre Japón, Tailandia, Australia y Bélgica, han logrado aunar fuerzas en una época en la que la videollamada era la protagonista. Hablamos de un trabajo de conceptualización y producción que, tras su montaje inicial en Tailandia, tuvo que ser deconstruido vía digital para poder ser transportado al otro lado del mundo y luego recompuesto en su destino, como si de un puzle en tres dimensiones se tratara. Una proeza organizativa de la que se espera que siente las bases para nuevos modos de diseñar en remoto.
¿Qué está pasando en Bruselas? Te dejamos una serie de artículos con toda la actualidad de la capital belga.
A las afueras de Bruselas, en la zona de Waregem.
Un estudio de arquitectura y diseño tailandés.