Hablar del extrarradio nos transporta a una tierra insurrecta donde solo tiene cabida aquello que la norma rechaza. Justo en esta periferia —tanto física como intelectual— tuvo lugar un encuentro durante el Fuorisalone de esta pasada Milan Design Week que unió dos realidades: la filosofía del diseño belga de Zaventem Atelier y la antigua fábrica Necchi del distrito de Baranzate. Una fusión prometedora que parece ir mucho más allá de ocupar un espacio.
Baranzate Ateliers. Un territorio para la exposición
En las inmediaciones de la localidad de Baranzate, al norte de Milán, se levanta un edificio de 3000 m2 en cuya época próspera albergó la manufactura de las famosas máquinas de coser Necchi: un icono en el patrimonio fabril italiano. Sin embargo, el destino de esta extensa superficie presenta ahora otros usos que la posicionan como un foco donde convergen esencia industrial y diseño experimental.
Y en colaboración con la plataforma Belgium is Design, las creaciones procedentes de Zaventem Ateliers —un taller de 6000 m2 para creativos en el pueblo belga Zaventem— han plantado la semilla rupturista y la sinergia espacial que, casualmente, vincula estos dos escenarios geográfica y reflexivamente equivalentes.
Entre la herrumbre de las naves abiertas de Baranzate, las piezas de Lionel Jadot —fundador de Zaventem Ateliers en 2019—, Ben Storms, Adeline Halot, Pierre Emmanuel Vandeputte, Everyday Gallery, entre otros diseñadores y galerías amigas, se encargaron de conquistar el páramo ferroso. Las obras de edición limitada parecían combinar a la perfección con el envejecimiento paulatino de esta arquitectura del siglo XX, dominada por grietas y grafitis.
Pero no es solo la práctica de diseño la que impera en esta nueva modalidad expositiva, sino la construcción espontánea de un auténtico pueblo que gira en torno a la creatividad. Una simiente bautizada como Baranzate Ateliers que busca germinar en el suelo italiano, observar el fruto de una visión colectiva y ecléctica que rompe esquemas y que trae desde el centro de Europa la contracultura del diseño belga; eso sí, con la intención de expandirse y quedarse.
El extrarradio del diseño belga de Zaventem Ateliers en el Fuorisalone
Desde el margen de la poesía más tangible, el confín entre diseño y arte se difuminó en esta exhibición de muebles posindustrial. Junto a sábanas blancas, las composiciones textiles de Adeline Halot —de fibras naturales e hilos metálicos— flotaban etéreas ofreciendo imágenes más propias de una cantera mineral que de brillantes tejidos. Las lámparas de Studio Élémentaires también se sumaron a esa ingravidez suspendida, incidiendo en el movimiento migratorio y lineal de su luz teatral que acompañaba a los visitantes.
En la zona de pintadas más prominentes, las llamativas obras de Everyday Gallery, como la silla Lost Highway de Lionel Jadot, protegían un paisaje doméstico, pero sin domesticar. Y quizás próximas a otro living atípico, la colección de mesas Abacus de Pierre Emmanuel Vandeputte merecen una mención especial por su estructura dinámica y mutable marcada por las múltiples opciones, cada cual más lúdica.
De manera independiente, otras creaciones mutantes —o “acumulaciones”— del fundador de Zaventem Ateliers se ubicaban en la delgada línea roja que tanto bordean su realidad: la que dilata el tiempo uniéndolo en una maraña matérica. Por su parte, la Galerie Philia presentaba Temenos, una escenografía circular de inspiración sacra comisariada por Studiopepe, y que se completaba con piezas escultóricas de Jérôme Pereira o Pierre de Valck.
Cerca de este imaginario inmerso en el juego de las artes tribales y antiguas, la rotundidad artesana de Arnold Declerq se erigía a través de objetos cotidianos muy apegados a la mística de la madera quemada y encerada, como su Bunker Candle Holder. Y en contraposición, la apariencia ilusoria del porfolio de Ben Storms volvió a sorprender con su trampa visual en el amplio almohadón In Hale Wallpiece: metal rugoso que nunca podrá abrazar a nadie desde la blandura.
Baranzate Ateliers ha quedado retratado como un evento fronterizo de gran carga antropológica, donde los diseñadores plantean cuestiones reflexivas únicas en sí mismas: pluralidad material, convergencia estética, imitatio orgánica y biofílica, tradición artesanal y pasión. Mucha pasión. La honestidad en sus planteamientos incita a contemplarlos con calma y a intentar entender la majestuosa vibración de sus motivaciones y estilo de vida; ya sea desde Zaventem o desde el inframundo de una fábrica olvidada, porque el arte y el diseño también forman parte de los suburbios.
Zaventem Ateliers es un lugar para artistas, artesanos y diseñadores de múltiples disciplinas donde poder crear, debatir y producir sus obras. Se encuentra ubicado en el pueblo de Zaventem, en Bélgica.
Del 6 al 12 de junio en la fábrica Necchi, en Baranzate, al norte de Milán.