“En todas las partes de Grecia la naturaleza interesa, participa en las obras de los hombres y los hombres la tienen en cuenta. La naturaleza manda, pero también manda el hombre.” Esta reflexión de Rex Dixtin Martienssen sobre el logro de la antigua arquitectura griega se propone también completamente válida ante esta casa con piscina de Aristides Dallas Architects en la isla de Tinos.
Arquitectura y paisaje en las islas griegas
El conflicto entre el aire y la piedra, que ha modelado el entorno del lugar, ha sido el factor de partida para configurar esta casa con piscina, disponiéndola en una indisoluble vinculación del organismo arquitectónico con la topografía. Las cavidades horadadas y las protuberancias del suelo— creadas por esa interacción de los elementos naturales—son la referencia desde la que se produce un juego espacial de extroversión e introversión: de ámbitos abiertos para ser habitados al aire libre o puestos en estrecho contacto con la percepción del panorama circundante, y de otros que se adentran en el terreno y se resguardan de lo externo.
La intervención humana se manifiesta en esta casa con piscina a través de la pureza formal y el vigor de su apariencia, que contrasta con las cualidades naturales del enclave y hace que la residencia aparezca a la vez como una “fractura en la tierra”. Algo que recalca la voluntad de no generar disrupción, sino de establecer una especie de simbiosis donde arquitectura y paisaje se eleve en una unidad “coherente, en la que todo coopera”, tomando las palabras del pintor cubista Amédée Ozenfant sobre su opinión de las ruinas del santuario de Delfos, citadas por Martienssen.
Una casa con piscina adaptada a la topografía
La alargada piscina que se extiende hacia el borde de la colina posee un claro protagonismo. Introduce otro elemento natural, el agua, como componente de la relación entre arquitectura y paisaje, haciendo que la sustancia y la materialidad de esta inserten en el suelo rocoso un sentido de fluidez. Es, asimismo, un rasgo clave en la articulación de la casa con piscina, al ejercer como un punto de división, por retirar sutilmente un dormitorio del resto de las dependencias. Una terraza semidescubierta actúa como nexo entre los dos volúmenes que la integran y que unifica en una gran losa. Dos habitaciones superan la extensión de este techo, prologándose sobre el terreno más allá de esta.
La impresión es que la contemporaneidad de la casa con piscina alberga profundamente las esencias y fundamentos de la arquitectura mediterránea más antigua; puestas aquí al servicio de crear edificios que alienten e intensifiquen una grata vivencia hedonista de la belleza del paisaje y, de esta manera, de la propia experiencia del ser. No es en vano que Aristides Dallas destaque al mostrar sus proyectos esta cita de Le Corbusier: “El propósito de la construcción es hacer que las cosas se sostengan; el de la arquitectura es emocionarnos”.
En la isla de Tinos
Actuar como un punto de división, por retirar sutilmente un dormitorio del resto de las dependencias.