Una rueda de ondas que se forma con el humo. La arqueología personal de Andrés Reisinger

ROOM 1024X150

Comparte

Una rama floral y bordados entre tangos y una humareda: así corporeizó Andrés Reisinger su proyecto más íntimo en ACME Estudio dentro del contexto de la Feria Arco. Y nos citamos con él para conversar sobre esta exhibición de arte que “no es un espacio museístico aséptico, sino un entorno vivo donde la memoria se entrelaza con la utilidad cotidiana, el tiempo se vuelve elástico y los recuerdos adquieren una presencia tangible”.

Andrés Reisinger. Una infancia entre tango, motor y flores

Lo que alienta a Reisinger es suscitar emociones. Con esta necesidad terrenal y rociado con el maná del arte visual y el diseño, ha ido creando su propio cosmos sensitivo que se balancea entre lo matérico y lo digital, entre lo lúcido y lo onírico. “En mi infancia soñaba con espacios”, nos dice después de haber transformado un entorno industrial en un receptáculo para su memoria. Y es que en Una Rueda de Ondas que se Forma con el Humo —su trabajo más reciente—, se dejó guiar por la naturaleza sensible del recuerdo, profundizando y tomando consciencia de los elementos sensoriales que encarnaron los ambientes de su niñez.

Andrés reisinger, arte digital
Andrés Reisinger. Retrato

En su infancia, Reisinger pasaba horas en el taller de su abuelo Bruno, en Buenos Aires: un pequeño local oscuro de reparación de embragues, donde el humo de cigarrillo flotaba en el aire y la luz del sol entraba por una pequeña ventana. Nos relata cómo ese contraste entre la oscuridad fabril y los destellos luminosos, junto con el constante murmullo de la radio AM tocando tangos, acabó generando en él una sensibilidad particular hacia aquella atmósfera. “También recuerdo fascinado el jardín de mi abuela Ludmila, un pequeño paraíso en medio de un barrio de trabajadores. Ella llevaba flores al taller de mi abuelo, introduciendo un elemento completamente ajeno a ese ambiente mecánico”.

Andrés reisinger, arte digital
Andrés Reisinger. ACME Estudio
Andrés reisinger, arte digital
Andrés Reisinger. ACME Estudio

ROOM Diseño. – ¿Cómo se relaciona esta unión antitética de “taller y flores” con tu profesión?

Andrés Reisinger. – Creo que mi trabajo actual sigue explorando esa yuxtaposición: cómo elementos aparentemente incompatibles pueden coexistir y crear algo nuevo e inesperado. Como hijo de científicos, aprendí a observar con precisión, pero me atraían aquellas preguntas que no podían resolverse con ecuaciones. El arte y el diseño se convirtieron en mi manera de seguir explorando esos misterios, de idear pequeños universos donde diferentes realidades pudieran dialogar.

Andrés reisinger, arte digital
Andrés reisinger, arte digital

ROOM Diseño. – Los materiales que eliges a lo largo de tu obra —pelaje, flecos, texturas orgánicas— tienen esa cualidad de ser simultáneamente identificables y extraños, táctiles e inmateriales. ¿Dónde hallas la inspiración que da forma a este imaginario?

Andrés Reisinger. – Emerge de un proceso de observación prolongada, donde lo cotidiano comienza a revelar sus cualidades más extrañas y poéticas. Me interesa ese momento en que lo familiar se vuelve ligeramente ajeno, cuando nuestra percepción vacila por un instante y vemos las cosas como si fuera la primera vez. En ese silencio, se aprecia cómo la luz transforma un espacio a lo largo del día, cómo una sombra proyecta patrones inesperados, cómo ciertos materiales invitan al tacto. Son esas pequeñas revelaciones cotidianas las que luego amplifico y transformo, buscando originar experiencias que habiten ese umbral entre lo reconocible y lo onírico.

Andrés reisinger, arte digital
Andrés Reisinger. ACME Estudio

Porosidad fronteriza en el arte digital

En esa misma línea de contemplación, lo atractivo del rosa lívido —tan presente en su porfolio— es su capacidad para alterar la percepción de un espacio o un objeto, pues “puede hacer que algo monumental se sienta acogedor, o que un elemento común adquiera una cualidad onírica”. También cree que hay algo en este color que remite a la nostalgia y, al mismo tiempo, a lo utópico. Y esa ambigüedad resuena con su interés por concebir obras que habitan en múltiples dimensiones sin ser fijadas en un instante específico. Sin embargo, en Una Rueda de Ondas que se Forma con el Humo, esa estela estética se desplazaba hacia los tonos terrosos para evocar una membrana temporal más concreta, ensalzando la terrenalidad a través de lo palpable. “Mi objetivo es crear obras que existan en ese espacio intermedio donde diferentes realidades se informan mutuamente, donde las fronteras se vuelven porosas.”

Andrés reisinger, arte digital
Andrés reisinger, arte digital

Aunque más que materializar lo digital, a Reisinger le interesa explorar cómo una idea puede expandirse en diferentes medios, y cómo cada uno de estos revela aspectos nuevos de un mismo concepto. “La silla Hortensia real no es una copia de la digital; es su contraparte, su eco material”, sostiene. “A veces, una pieza concebida digitalmente encuentra su camino hacia la materialidad física. Otras, es más una observación de nuestro propio mundo —la manera en que la luz se filtra por una ventana, la textura de una flor— la que inspira una exploración digital. Lo que me impulsa no es la dirección del movimiento, sino la riqueza de la conversación entre estas dimensiones.”

Andrés reisinger, arte digital
Andrés reisinger, arte digital

ROOM Diseño. – Hablando de Hortensia, un asiento —en principio puramente hipermedia— que terminó expuesta en la galería de Rossana Orlandi en Milán. ¿Cómo nació la oportunidad de dar ese salto al mundo tangible?

Andrés Reisinger. – Desde el comienzo, Hortensia tuvo una presencia que trascendía lo virtual. La respuesta del público fue inmediata y sorprendente; la gente conectó emocionalmente, como si ya existiera en la realidad, como si pudieran sentir su textura por medio de la pantalla. Eso me hizo cuestionar las fronteras entre lo digital y lo físico. ¿Qué significa que un objeto que solo se percibe como código genere un deseo tan tangible? La invitación de Rossana Orlandi surgió orgánicamente de ese diálogo, de esa curiosidad compartida por indagar cómo podría traducirse este diseño de un canal a otro.

Andrés reisinger, arte digital
Andrés reisinger, arte digital

ROOM Diseño. – ¿Y qué supuso esa materialización?

Andrés Reisinger. – Fue un proceso fascinante de traducción, no de simple reproducción. Cada decisión implicaba encontrar equivalencias entre lenguajes diferentes: ¿cómo se traduce un resplandor digital a un material textil? ¿Cómo se preserva esa sensación de ligereza casi imposible en un mueble que debe soportar peso? Lo que descubrí es que estas traslaciones nunca son perfectas, y ahí reside su valor. Las «imperfecciones» de la materialización son en realidad nuevas cualidades que enriquecen la obra, que la hacen existir de manera más compleja.

Andrés reisinger, arte digital
Andrés Reisinger. ACME Estudio
Andrés reisinger, arte digital
Andrés Reisinger. ACME Estudio

Andrés Reisinger. Entre lo real y lo imaginado

Su creación multifacética se mece sobre el linde de las clasificaciones, pues ha cimentado su recorrido como una constelación de exploraciones interconectadas, y no como un proceso lineal en el que transita de una disciplina hacia otra. “Cada proyecto, ya sea considerado diseño o arte, forma parte de la misma conversación continua sobre cómo habitamos y percibimos el mundo”. Por eso, se siente afortunado de trabajar en una época histórica donde estas categorías se están redefiniendo, volviendo los límites más porosos. “Eso me permite seguir mis inquietudes sin preocuparme demasiado por dónde me sitúan las etiquetas”, declara.

Y, en este sentido de reconfiguración, los Non Fungible Tokens han abierto nuevas posibilidades para la circulación y valoración del arte digital, aunque Reisinger cree que la verdadera democratización no viene de la tecnología, sino de cómo decidimos utilizarla. “Los NFT pueden tanto reproducir las mismas dinámicas de exclusividad del mundo del arte tradicional como generar modelos más accesibles e inclusivos. Los veo como una herramienta más en un ecosistema de posibilidades para compartir y difundir mi trabajo, no como un fin en sí mismo ni como una solución definitiva a las complejidades del mundo del arte”.

Andrés reisinger, arte digital
Andrés Reisinger. ACME Estudio
Andrés reisinger, arte digital
Andrés Reisinger. ACME Estudio

Reimaginando su pasado

Durante la celebración de la Feria de Arco y otros eventos artísticos, los orígenes del argentino cobraron vida dentro de ACME Estudio: un taller en funcionamiento situado en Puente de Vallecas. Eso ha elevado su conexión con Madrid, la ciudad que ahora llama hogar. “Hay algo poético en presentar mis recuerdos de Buenos Aires en esta urbe que me ha acogido, en crear este puente temporal y espacial entre dos lugares que han sido fundamentales en mi vida. Madrid se ha convertido en un catalizador inesperado para reconectar con mi pasado, para reimaginar esos fragmentos de memoria que llevo conmigo”, explica a ROOM.

Como menciona la poeta Mariana Souzzo en el texto curatorial de la exposición: “Evocar una memoria de algo que algún día fue nos invita a preguntarnos quiénes somos hoy —ahora que, aparentemente, hemos hecho algo— y qué relación guardamos con ese pequeño individuo…”. La introspección del artista está ligada a su expresividad, es por eso que —en ese sentir de los detalles que envolvieron su infancia— Reisinger permitió que la inspiración le tocara y diese sus frutos en una exhibición que hizo palpable su memoria.

Andrés reisinger, arte digital
Andrés reisinger, arte digital

ROOM Diseño. – ¿Cómo describirías la instalación?

Andrés Reisinger. – Una Rueda de Ondas que se Forma con el Humo, es una arqueología personal que se convierte en meditación universal sobre la naturaleza del recuerdo. Se manifiesta físicamente con múltiples capas sensoriales. Los elementos interactúan con los sonidos, olores y materialidad propios del taller: el persistente aroma a materiales industriales, el frío invernal, la presencia de herramientas y maquinaria. No es un espacio museístico aséptico, sino un entorno vivo donde la memoria se entrelaza con la utilidad cotidiana, donde el tiempo se vuelve elástico y los recuerdos adquieren una presencia tangible.

La primera pieza que se materializó para la muestra fue Las Palabras: fragmentos de escritores latinoamericanos recolectados por Reisinger a lo largo de 10 años, escritos con un robot con trazado de pluma y movimiento manual. Sin embargo, la estrella de la exhibición es La cristalización de un paseo, una rama floral concebida digitalmente, pero ejecutada con técnicas tradicionales de galvanizado en plata, que emerge de un plinto de aluminio iluminado. Con cada una de las flores de pétalo diferente, representa aquellas que su abuela llevaba al taller de su abuelo, cristalizadas a través del tiempo y la memoria.

Sobre un bloque de mármol negro, descansaba la obra Un movimiento perfecto, una caja de visionado de madera con manivela, que contiene un vídeo originado digitalmente y transferido a bucle de película analógica. Más allá, una Super 8 proyectaba objetos flotantes del pasado en Divagar es crear puertos. Asimismo, una luz crepuscular dibujaba La Ventana sobre una cortina, creando un portal hacia las observaciones de la infancia. Y colgada del techo se hallaba Memorias Bordadas: una tela recuperada de la casa de su abuela que presentaba fragmentos poéticos de escritores rioplatenses, bordados en rojo Baskerville. Mientras que el paisaje sonoro Lo que suena empleaba radiocasetes vintage, que reproducían tangos de Héctor Varela y grabaciones de radio local de Buenos Aires, configurando el ambiente sonoro del taller de su abuelo.

Andrés reisinger, arte digital
Andrés Reisinger. ACME Estudio
Andrés reisinger, arte digital
Andrés Reisinger. ACME Estudio

ROOM Diseño. –  Cito tus palabras: «Esta se siente como mi primera exhibición». ¿Por qué? ¿Qué representa esta propuesta?

Andrés Reisinger. – Porque es profundamente personal, de una manera que no había explorado previamente en mi trabajo. Es un viaje hacia esos espacios formadores de mi infancia que definieron mi sensibilidad estética y mi modo de entender el mundo: el taller de mi abuelo Bruno, la casa de mi abuela Ludmila. Además, representa un momento de claridad donde he comprendido que lo que realmente me apasiona es establecer atmósferas que despierten emociones específicas. En cierto sentido, todas mis creaciones anteriores me han llevado a este punto, a esta capacidad para orquestar una experiencia que integra lo digital y lo analógico, lo personal y lo universal, en un diálogo coherente y emotivo. Por eso se siente como un comienzo, como si todo lo anterior hubiera sido preparación para este instante de síntesis y honestidad.

Andrés reisinger, arte digital
Andrés Reisinger. ACME Estudio

En este enlace puedes leer más artículos sobre otros trabajos de Andrés Reisinger.

Tu opinión importa

Dinos, ¿qué te ha parecido este artículo?

Puntuación media 5 / 5. Recuento de votos 75

¡No hay votos hasta ahora! Sé el primero en calificar esta publicación.

Si te ha gustado este artículo, también puede interesarte...