Como un parasito en medio del bosque, aparece de entre el verdor una estructura que asemeja a un riñón púrpura. Una envolvente ajena a su contexto, resaltando en color y forma. Te preguntas qué es, en qué instante apareció semejante cosa. Ayer no estaba ahí, y sin embargo hoy se erige imponente en medio del espacio. Te acercas, y lo que encuentras ¿es una escultura? ¿O es arquitectura?
El festival suizo Lucerne Festival propuso hacer una serie de conciertos en Japón como apoyo a las zonas afectadas por el gran terremoto de 2011. Para lograrlo, se pidió al arquitecto japonés Arata Isozaki y al escultor indio Anish Kapoor la concepción de un escenario. El resultado es una membrana inflable para eventos capaz de alojar a quinientas personas. Ark Nova, así se llama, juega con la historia bíblica de Noé y con la palabra nova (nuevo): un arca nueva como símbolo de esperanza y de recuperación para los residentes.
Las paredes de la estructura fueron fabricadas con una piel elástica para una fácil instalación y un rápido desmantelado. De hecho, esta primera sala de conciertos hinchable puede montarse en tan solo dos horas. Además, la propiedad traslúcida de plástico permite el paso de la luz solar, y por su color rojizo el interior se vuelve cálido y acogedor.
Como si fuera un circo, este riñón es totalmente transportable y nos hace pensar en el metabolismo: un movimiento arquitectónico iniciado en Japón en los años 60. El metabolismo fue una filosofía que reflexionaba sobre la vida en las ciudades del futuro. En esa época un grupo de jóvenes arquitectos concibieron urbes donde la arquitectura evolucionaría con el tiempo, y donde los edificios cambiarían y se adaptarían a los usos requeridos por el usuario; o se insertarían en nuevos espacios si era necesario. Según el metabolismo, las ciudades serían espacios fluctuantes, casi robots habitables. A pesar de que este movimiento duró poco y de que a Isozaki no se le considera dentro de esta tendencia, no cabe duda de que siempre estuvo interesado en estas ideas como podemos apreciar en Ark Nova.
Con una reinterpretación a este pensamiento, Isozaki y Kapoor muestran una propuesta fresca sobre lo que supone la arquitectura evolutiva. Creando un área móvil capaz de amoldarse a casi cualquier uso, Ark Nova es una muestra del ingenio y la capacidad de adaptabilidad del talento humano.
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