Reconocidos por su capacidad de valorar la relación entre arquitectura y cerámica, los APE Grupo Architecture Awards destacan obras que exploran nuevos diálogos entre contexto y materialidad. En esta 2º edición, la Villa Amonita Lanzarote, del estudio checo OOOOX, ha sido nombrada como proyecto ganador, mientras que el restaurante Caruso, del estudio Arquimilio, obtuvo una mención especial.
La influencia de los premios de APE Grupo
Además de ser un referente en el sector cerámico internacional, APE Grupo se ha consolidado como una plataforma de innovación y diseño. Con más de 30 años de experiencia, la empresa española ha sabido posicionarse en 125 países, ofreciendo soluciones que se de diseño contemporáneo y reivindicando la calidad y creatividad en sus marcas: APE, Carmen, XLINING e Ilbagno. Es a partir de todo este background que nacen los APE Grupo Architecture Awards, considerándose una iniciativa que complementa y pone en valor la cerámica en el discurso arquitectónico.
Con este reconocimiento, APE Grupo celebra la habilidad técnica con la que se usa su producto en contextos específicos, promoviendo un uso consciente de los materiales. Y el éxito de su segunda edición, presidida por Francisco Mangado y con la participación de Francesc Rifé y Susana Babiloni, lo vemos en el amplio volumen de propuestas presentadas: un total de 47, procedentes de distintos puntos del planeta.
Villa Amonita y Caruso: revalorización del material cerámico
Tras la deliberación, el primer premio fue otorgado a Villa Amonita Lanzarote, una obra donde la arquitectura se integra sin pretensiones en el paisaje volcánico de la isla. Un proyecto donde se observa un contraste fundamental entre el blanco armónico de las superficies cerámicas y el intenso carácter cenizo del entorno. Y de ese diálogo entre naturaleza y artificio se levanta esta villa que, como destacó el jurado, “sugiere cuán atractivo y delicado puede ser vivir en la isla de Lanzarote”.
Sus interiores combinan texturas suaves y colores naturales que amplifican la sensación de calma, mientras que los revestimientos exteriores establecen un juego visual con el terreno volcánico circundante. La función de la cerámica aquí es la de ser algo más que una envolvente, ya que se corona como el nexo de unión entre las estancias domésticas y el hábitat salvaje. Sin ínfulas o ejercicios de monumentalidad. Aquí, el estudio checo OOOOX buscaba exhibir una construcción colmada de sutileza poética y orgánica. Un volumen que resuena como si fuese nieve en medio de una tierra acostumbrada a arder.
Por su parte, la mención especial fue concedida al restaurante Caruso, esbozado por el equipo Arquimilio en Santo Domingo. En él, el jurado elogió la habilidad escenográfica con la que se reinterpreta lo popular, encapsulando la cotidianidad caribeña y la figura de la nonna italiana en un planteamiento donde la cerámica ejerce un papel fundamental. Las referencias culturales, reinterpretadas con una sensibilidad moderna, aportan mucha más fuerza e identidad a este rincón napolitano en plena República Dominicana.
Este protagonismo de la cerámica en Villa Amonita y Caruso empuja a reflexionar sobre cómo un componente tan ligado a tradiciones locales puede seguir reinventándose y respondiendo a los desafíos actuales. Y es que iniciativas como los premios de APE Grupo nos llevan a una conversación más amplia sobre el futuro del material cerámico en la arquitectura, reivindicando su producto como un medio para conectar lo humano con su entorno.
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