El estudio de arquitectura y diseño Martín Peláez es especialista en aplicar un lenguaje rotundo pero sencillo en sus proyectos. En su último trabajo, el apartamento CMYK, se han centrado en la reforma de una vivienda madrileña poniendo en valor una estética de un neoplasticismo actualizado.
Un nuevo neoplasticismo
CMYK es el nombre de uno de los últimos proyectos de reforma integral llevados a cabo en el barrio madrileño Palos de Moguer. Un apartamento de dos habitaciones en 50 m2 que nos da la sensación de gran amplitud gracias, entre otras cosas, a las divisiones móviles hechas con espejos. Según nos cuentan desde el estudio Martín Peláez, el nombre responde “a la idea de crear un hábitat de espíritu neo-neoplasticista, planteando un lenguaje sencillo de línea, color, reflejo, luz y abstracción.”
La propuesta resultante ofrece una adaptabilidad según las necesidades del inquilino, por eso “se abren, cierran y se desplazan los espacios con el propósito de dar respuesta a los requerimientos de vivir, trabajar, almacenar y compartir sin renunciar al placer estético”. Está flexibilidad hace que el público objetivo al que se dirige esta casa sea más amplio, pudiendo ajustarse al estilo de vida de quienes la habiten.
CMYK: luces y acción en un apartamento de Madrid
Lo primero que nos recibe al entrar a CMYK es la cocina, compuesta por una isla girada 45º respecto a los muros, en ella se puede trastocar la paleta cromática en diferentes planos: horizontal, vertical, diagonal… Un juego que solo es el principio. De hecho, las paredes se transforman en volúmenes que insuflan de diversión el blanco impoluto que, en realidad, lo invade todo.
La iluminación se trata con delicadeza y se divide en tres capas: una general resuelta mediante focos fijos y dirigibles en el techo; una más decorativa con cierto carácter industrial en linestras —la versión moderna de los incandescentes de la cocina— y apliques en la zona del baño. Y, por último, una luz indirecta de ambiente en tonos cálidos integrada en los bloques de color.
El aire minimalista de la residencia tiñe los elementos constructivos —paredes de ladrillo y ventanas en arco— en blanco, dejándolos como telón de fondo de un mobiliario discreto y sencillo. En ese mismo contexto, se ensalza el uso de otros materiales más modernos, como el porcelánico técnico de gran formato, las piezas pequeñas de 4×4 para el baño o los paramentos en espejo que nos ayudan a ampliar el espacio visualmente.
No cabe duda de que el apartamento CMYK es una vivienda con carácter, una de esas que te hacen despertar de buen humor. Pequeña, pero bien resuelta. Callada, pero con las palabras adecuadas escondidas entre cada uno de los rincones de su trazado.
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En el barrio madrileño Palos de Moguer.