El arquitecto Andrés Jaque y la Oficina de Innovación Política (desde ahora OIP) instalan sus Políticas transmateriales en lo que fueron los lavabos, duchas y urinarios de la fábrica de tabacos de Madrid y también en su antigua fragua. ¿Qué es la OIP? Una suerte de estudio, integrado por representantes de distintas disciplinas cuyos proyectos exploran los límites entre arquitectura y arte, también entre tecnología, ciencia y diseño. Desde allí se levantan construcciones, en ocasiones incluso arquitectónicas, donde se ponen a dialogar los invisibles que habitamos. La ciudad tal como la conocíamos es un concepto del pasado, sostiene Jaque; el espacio contemporáneo es un entramado complejo donde conviven medios novedosos, a menudo virtuales.
Esta imagen se repite en los procesos que dan forma a los trabajos de la OIP, donde un núcleo material doméstico, arquitectónico, se ramifica y obliga a participar del proceso con cuestiones de índole social, ecológica, literaria, económica, sexual, publicitaria, de género, de parentesco… pero sobre todo, y englobando a todas ellas, de índole geopolítica. No todos los arquitectos se ocupan de estos términos. Es innegable para todos ellos que la arquitectura juega un papel fundamental en el ámbito político, pero son marginales las prácticas que conscientes de esta función la promueven y direccionan. Esto pasa por planificar los contextos sociales como condicionantes del resultado, proponer a modo de solución el descontento o la desobediencia, remezclar y desbaratar prioridades para dar la vuelta y cuestionar el encargo institucional.
La primera exposición retrospectiva del arquitecto en España, que inaugura la temporada de Tabacalera-Promoción del Arte recoge dieciocho proyectos, cuatro de ellos instalaciones site-specifics, ordenados bajo cuatro lemas o manifiestos. Mientras Dulces arenas domésticas pone en evidencia los conflictos del ámbito doméstico y presenta la convivencia de otras realidades alejadas de valores como el confort y la familiaridad, Cosmopolíticas se encarga de problemas medioambientales y Sex and the so called city analiza la forma en que se han modificado y diversificado las relaciones entre arquitectura y sexo. En el espacio de La Fragua, con una localización excepcional por apartarse físicamente del resto de la muestra, Performando lo público incluye proyectos donde se torna fundamental la participación de agentes externos no especializados para el correcto funcionamiento de la idea y cuyos resultados acostumbran a beneficiar a grupos minoritarios. Muchos de estos trabajos han desbordado el formato inicial y el resultado esperado. Han salido del estudio y ocupado mesas de debates y locales de asociaciones como articuladores de otros modos de hacer, también política, más allá de los materiales.
Podrá visitarse hasta el próximo 19 de noviembre.