El 6 de octubre, día mundial de la arquitectura, el Danish Architecture Center (DAC) inauguraba una exposición acerca del futuro de la disciplina en relación con la naturaleza. Age of Nature es un viaje al futuro incierto de un planeta con muchos millones de habitantes, recursos finitos, episodios climáticos extremos y ciudades inabarcables, donde la arquitectura y la naturaleza están obligadas a convivir y soportarse. La crónica optimista de un colapso anunciado.
Un relato sobre el futuro urbano en el DAC
La ciudad del futuro no tiene lugar, pero tiene tamaño, es inviable pero inevitable, es la solución y a la vez es el problema. La tecnología y el ecologismo luchan por adueñarse del imaginario urbano colectivo, aunque es posible que en una ciudad tan grande haya hueco para ambas. Age of Nature nos presenta un relato en el que ambos discursos conviven y se alimentan. Hasta el próximo mes de marzo, el DAC ofrece una visita por una exhibición sobre cómo construir una arquitectura con la naturaleza y no contra ella.

Por medio del trabajo de arquitectos daneses e internacionales, además de científicos, artistas y pensadores, la muestra trata de abrir el debate a varias de las grandes cuestiones que atraviesan la disciplina. ¿Se pueden construir urbes para un mayor número de especies? ¿Se debe ceder territorio para el desarrollo de los ecosistemas? ¿Puede convertirse la tecnología en un aliado a la hora de restaurarlos? ¿Qué tradiciones arquitectónicas van en contra de los flujos naturales?

Age of nature en el contexto urbano
Pensar en lo natural —una de las líneas de la bienal de Carlo Ratti en Venecia— significa plantarle cara al colapso, convencer sin abrumar, dejar hablar a una arquitectura que permita imaginar. Ante la crisis de las islas de calor urbanas, Bas Smets nos enseña su enfoque de la isla de Notre Dame para enfriar el centro de París; y, frente a la pérdida de biodiversidad, Studio Ossidiana responde con un proyecto de islas flotantes donde conviven animales, plantas y personas. Mientras que CITA (Center of IT and Architecture) se centra en el impacto de los residuos con una estructura, hecha de algas y corteza, que se descompone. Un material riguroso con un peso visual importante. Al final, huir del relato colapsista se ha vuelto una labor casi tan importante como tratar de evitarlo.


Age of Nature defiende que lo que se enseña en las salas del DAC durante estos meses son visiones radicales de la arquitectura, aunque sean temas de los que la disciplina lleva hablando varias décadas. El reciclaje, el respeto por el paisaje o el bienestar de la vida urbana son temas que, de una forma más o menos explícita, se han encontrado en distintos momentos de la historia de la arquitectura; sin embargo, nunca antes se han trabajado de un modo tan acuciante. Quizá entonces liberarse con rigor de esta ansiedad generacional sea la posición verdaderamente disruptiva. Quizá ser científicamente optimista dentro de un océano de incertidumbre sea la única actitud plausible y, también, la más radical.

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Es una exposición que habla a través del trabajo y la investigación de varios arquitectos, artistas, científicos y pensadores de las posibilidades urbanas de un futuro de convivencia entre las ciudades y la naturaleza.
La exhibición estará alojada en el Danish Architecture Center hasta mayo de 2026.








