En la Alta Austria, una antigua granja ha renacido como vivienda contemporánea gracias al estudio Moser und Hager Architekten. Un proyecto llamado Dirnbergergut que conserva la estructura original y los recuerdos de su ruralidad contextual.
Dirnbergergut, una casa en tres tiempos
El estudio austríaco Moser und Hager Architekten ha transformado una antigua granja de la Alta Austria en una vivienda contemporánea que respeta la memoria del lugar, pero sin caer presa de la nostalgia. El conjunto, conocido como Dirnbergergut, reinterpreta las lógicas rurales de resguardo, trabajo y convivencia, manteniendo la estructura original de tres volúmenes dispuestos en torno a un patio. Y es que la intervención parte de una actitud clara: conservar lo esencial sin fetichizar lo viejo.

Los arquitectos han restaurado las fachadas de piedra y los muros portantes, pero han insertado nuevas estructuras y aperturas para establecer formas alternativas de habitar el espacio. En este caso, los nuevos elementos no intentan disimularse, sino que se muestran con honestidad en los marcos de madera clara, los paños de vidrio amplios y la continuidad del pavimento que conecta los distintos cuerpos. Pero el corazón del proyecto sigue siendo el patio: un lugar de relación entre los edificios que antes organizaba la vida agrícola y ahora actúa como centro doméstico. Con misma escala y proporción, su función cambia de zona de trabajo a espacio de contemplación. Y este equilibrio entre permanencia y transformación atraviesa toda la obra.


La anterior vivienda principal alberga hoy las áreas comunes. En ella se respetan la volumetría y los muros gruesos, pero se abren huecos que permiten que la luz penetre hasta el centro de las estancias. Los ambientes resultan sobrios, casi monásticos, y revelan la belleza de los materiales sin artificio: la piedra, la cal, la madera. En el granero —un volumen más alto y abierto— se han instalado los dormitorios y un estudio. Es aquí donde el diálogo entre lo existente y lo actual se vuelve más visible: una estructura de madera laminada se inserta dentro, generando una segunda capa espacial que preserva el recuerdo del granero original.


Moser und Hager: restaurar sin nostalgia
El establo reconvertido completa el conjunto con una distribución más flexible, preparado para alojar talleres o entornos de trabajo. Dentro se alberga el carácter rudo del pasado agrícola, mientras que la envolvente se adapta para responder a criterios térmicos y de eficiencia energética. Moser und Hager han logrado una arquitectura contenida que rehúye el contraste fácil entre lo viejo y lo nuevo. Y su fuerza está en la serenidad con que asume el paso del tiempo, y en cómo cada detalle encuentra su sitio sin competir con los demás.

Dirnbergergut demuestra que la rehabilitación rural puede ir más allá con muros que acogen una nueva vida sin perder su peso, su densidad y su historia. Y en este equilibrio reside la verdadera contemporaneidad de la propuesta: en esa tensión donde la arquitectura escucha al pasado en vez de corregirlo.

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