Después de sus pop ups, Thinking MU ha vuelto a contar con Isern Serra para cincelar el diseño de su tienda permanente en el 220 de la calle Roselló de Barcelona.
El imaginario de Isern Serra para Thinking MU
Con Isern Serra, la sencillez siempre adquiere un matiz único. Ese que oscila sin premura entre el minimalismo y lo vernáculo, haciendo suya esa etiqueta —tan conveniente en definiciones— de lo mediterráneo. Pero sabemos que hay más, mucho más, debajo de sus capas de microcemento, calidez y luminosidad. Las oficinas que interviene insuflan de domesticidad las áreas de trabajo; sus instalaciones nos sorprenden por sus criterios sutilmente tecnológicos; y sus ambientes retail les dan a las marcas lo que buscan: el impacto de enfrentarse a un local que, a pesar de estar meticulosamente trabajado, nos devuelve una imagen cruda y natural.
Así podemos definir aquella pop-up concebida por Serra para Thinking MU en 2023. Un interiorismo delicado y poético que condensaba el espíritu responsable del sello textil vistiéndose de forma efímera. Sin embargo, la marca de moda sostenible ha cambiado lo fugaz por lo permanente al presentar su producto: lo atestigua su nueva sede física en el número 220 de la calle Roselló en Barcelona. Y como era lógico con todo el imaginario previamente construido, Thinking MU ha vuelto a contar con Isern Serra para cincelar su diseño.
Un nuevo espacio retail ecoresponsable en Barcelona
Desde la acera nada se oculta. Una cristalera —con cerramientos en color terroso— proyecta lo que sucede dentro: alegoría sobre la transparencia de Thinking MU en sus procesos de manufactura. Un preámbulo que se constata al traspasar la entrada y observar el espectáculo artesanal del conjunto. El área principal nos recibe con una reseñable estación de café en acero inoxidable y dos largos peldaños sinuosos y anaranjados a modo de escaparate. El entusiasmo de Isern por el microcemento se revela pronto: reviste y brota en mobiliario, acompañando a los percheros y estanterías de metal, que perpetúan la estética curvilínea dejándose caer en roca maciza.
Este lenguaje matérico alimenta cada recoveco con sutileza; se advierte en el corredor terracota recubierto de arcilla Ecolay; color block texturizado que da vida a la ausencia cromática previa: un recurso distintivo en la práctica del diseñador. Esta inmersión de tinte onírico nos acompaña hasta el final, donde se regresa a la neutralidad simulando una girola —con graderío expositivo— que desemboca en probadores como puntos focales de color. En general, todas las instalaciones quedan tan a la vista que no existen los secretos. Y es que lo importante era presenciar cómo los valores de Thinking MU se reflejaban en su propia tienda, algo que se descubre en el equilibrio entre lo humanista y lo comercial.
En el número 220 de la calle Roselló en Barcelona.