El proyecto Grand Paris Express —que ya está en marcha— conectará en 2030 la periferia de la región de París mediante cinco líneas de metro: 14, 15, 16, 17 y 18. Y, a través de 200 kilómetros y 68 estaciones, L’art du Grand Paris Express desplegará obras de arte XXL en las futuras paradas. En ROOM Diseño destacamos algunas de ellas.
Artistas y arquitectos de la línea 14
Aunque no es la primera vez que se lleva el arte al metro —Moscú abrió la veda en los años treinta— ni cada estación se confía a un estudio de arquitectura distinto, el Grand Paris Express ha sido objeto de un doble encargo. Y es que lejos de integrar en los edificios piezas artísticas a posteriori, artistas y arquitectos trabajan en tándem en esta colaboración creativa sin precedentes.
En la línea 14, la estación Saint-Denis Pleyel ha sido concebida por el arquitecto Kengo Kuma, y en ella se exhibe un centenar de figuras de Venus de la artista Prune Nourry. Basadas en las primeras representaciones de mujeres del Paleolítico, “las Venus paleolíticas hablan de nuestro inconsciente colectivo, y el misterio que rodea su significado es similar al que encierra el origen de la vida y que inspira mi trabajo”, explica Nourry. Asimismo, para la fachada de la estación Hôpital Bicêtre, ideada por Jean-Paul Viguier, Eva Jospin ha creado Tesoros enterrados: una pared rocosa de hormigón con capas superpuestas donde proliferan enredaderas de bronce. Inspirada en la película Roma, de Fellini, en la que antiguas maravillas enterradas salen a la luz durante la construcción del metro, la intervención de Jospin evoca aquí la petrificación y los descubrimientos arqueológicos hipotéticos en la edificación del Grand Paris Express.
Sinergias creativas de la línea 15 Grand Paris Express
Formulada por Jérôme Brunet, la estación de Issy es un escaparate de luz natural. Y para ella, Pablo Valbuena ha propuesto una instalación luminosa que resuena con este armazón. “La obra se sitúa en la parte inferior del vestíbulo y adopta la forma de una instalación luminosa. El momento del descenso es un raro instante de calma, en el que invito al viajero a tomarse un instante de reflexión”, aclara. Mientras que compartir una experiencia sensorial e hipnótica es la ambición del proyecto de Laurent Grasso para la estación Châtillon – Montrouge erigida por David Trottin. Celestial transforma el techo del recinto en un cielo del Renacimiento.
Además, el arte rupestre reinventado de Abdelkader Benchamma entabla un diálogo con las profundidades de la estación Mairie de Vitry-sur-Seine de Frédéric Neau. El francés pinta directamente sobre los muros de hormigón con un enfoque poético y abstracto, explorando las huellas geológicas, los estados de la materia y sus infinitas posibilidades de transformación. Por otro lado, a 42 metros de profundidad, se halla la estación Saint-Maur – Créteil planificada por Cyril Trétout; en ella, el Pozo de luz de Susanna Fritscherllevará a los pasajeros a los andenes mediante 11 ascensores y una escalera monumental, donde ha creado una nebulosa de cables finos que reflejan chispas de luz como si fuera una lluvia centelleante.
Cooperación artista-arquitecto de la línea 16
En el largo pasillo de la estación Chelles de Lucie Coursaget, Emmanuelle Lainé ha plasmado el movimiento festivo de un baile popular. La multitud danzante —impresa directamente sobre el revestimiento de piedra— se despliega en las dos paredes del pasillo. Esta composición carnavalesca, realizada en colaboración con los habitantes de Chelles, ha sido bautizada como la Dicha de bailar. Y en la cubierta exterior de la estación Clichy – Montfermeil, proyectada por Benedetta Tagliabue, exhibirá el Mosaico humano, fresco monumental de JR a partir de 800 fotografías de vecinos de Clichy-Montfermeil tomadas en 2016. Este fresco, impreso sobre baldosas de cerámica, es una adaptación del expuesto en el Palais de Tokyo en 2017.
La dirección artística de toda esta misión monumental de ingeniería y cultura corre a cargo de José-Manuel Gonçalvès en colaboración con el Centquatre Paris, la agencia Eva Albarran y Manifesto. Un ejercicio que contribuye a que todas estas obras den a conocer a una amplia generación de creadores, convirtiendo un trayecto en metro en una nueva oferta cultural y turística —como ya ocurre, por ejemplo, en Estocolmo— accesible a los habitantes de la región y a sus visitantes.
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Se trata de un proyecto que prevé la prolongación de las líneas 11 y 14 hacia la petite couronne parisina, así como la creación de otras cuatro líneas de metro que se conecten con el extrarradio de la urbe.