El estudio chino Office AIO ha transformado los famosos fideos de la cadena asiática Pang Mei en una parte esencial del interiorismo de su local de Pekín. Un diseño minimalista que reitera el minimalismo y la esencia urbana del street food.
La comida asiática está de moda. Desde una perspectiva europea, acostumbrados a una gastronomía refinada y elaborada, nos sorprende la espontaneidad y lo desacomplejado del sushi, del ramen o de los noodles. Hemos redescubierto una forma de disfrutar unos platos que se adaptan mejor a los ritmos acelerados de esta sociedad, donde la rapidez domina nuestras apretadas agendas. El interiorismo de este tipo de locales intenta capturar esta naturaleza ágil y dinámica, muchas veces basada en atmósferas urbanas. La última colaboración entre Office AIO y Pang Mei Noodle Bar —referente en el sector desde 1998— ha dado lugar a un establecimiento único inspirado en la versatilidad del street food.
Lo interesante del proyecto abierto en Pekín es que transforma la experiencia culinaria en un diseño espacial mutable, donde hasta el propio restaurante se termina por convertir en calle. Mediante el elemento reiterativo del cilindro acolchado —una metáfora cereal de la cultura oriental—, el equipo de Office AIO ha construido un discurso juguetón que se extiende por todo el establecimiento.
Un local diferente de street food asiática
Para empezar, el trazo de su pérgola se rinde a este lenguaje tubular, generando una superestructura que protege al local desde su exterior híbrido y que impone su monumentalidad dentro de la plaza. Su forma y su superficie reflectante recuerdan a los globos retorcidos de Jeff Koons y convierten la fachada del edificio en un lienzo vivo, donde largas mesas ubicadas fuera invitan a los comensales a sumergirse en la vida de la vía pública.
En el interior, este leitmotiv formal se transforma en una pared acolchada en color nude: un telón de fondo que se puede entender como una analogía de los famosos fideos de Pang Mei. El resto de la propuesta se construye con una paleta cromática sencilla, con muy poca diversidad de elementos —destacando más por su versatilidad que por su ornamento— y aludiendo al carácter improvisado del mobiliario de los hutongs: callejones que componen el casco antiguo de las ciudades chinas.
La elección de las piezas de Office AIO refuerza este carácter minimalista, pero al mismo tiempo flexible; sillas artesanales fabricadas con bandas de goma, corcho y aluminio, además de unas luces colgantes que parecen danzar en el aire. Todo evoca el espíritu y la esencia callejera de Pang Mei.
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