Bibliotecas de nueva generación. La nostalgia del futuro

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El libro se está reacomodando en el sistema de creación y transmisión de contenidos. Y la arquitectura propone un nuevo modelo de biblioteca pública: un ágora civil donde la reivindicación de la lectura sería el soporte de una actividad cultural multimedia y una oportunidad para la socialización presencial en plena era de Instagram. Al hilo de algunos ejemplos recientes y relevantes, revisamos sus características.

Kirkkonummi Library. JKMM Architects. Biblioteca contemporánea
Kirkkonummi Library. JKMM Architects. © Marc Goodwin

En busca de una nueva definición de la biblioteca contemporánea

Hay una contradicción inmediata entre el prestigio creciente de la biblioteca como tipología arquitectónica en los últimos años y la presencia menguante del libro como principal instrumento de transmisión de conocimiento en la era digital. Es cierto que esa paradoja bien podría ser apenas superficial: que entre los edificios que concitan atención crítica y mediática aparezcan bibliotecas con frecuencia significativa no supone necesariamente que se construyan muchas, ni siquiera que haya una gran demanda social de ellas.

Calgary's New Central Library. Snøhetta. Bibliotecas contemporáneas
Calgary’s New Central Library. Snøhetta

Donde sí parece haberla es en el ámbito político. Al menos, los clientes son casi siempre administraciones públicas de distintos niveles. Quizá sea prematuro comparar esta boga bibliotecaria con la consagración del museo como modelo estelar de la gran arquitectura representativa de finales del siglo XX, pero hay algo en lo que ambos fenómenos coinciden: entonces, la idea misma de museo estaba en transformación y, de modo similar, las nuevas bibliotecas buscan ahora redefinir su naturaleza. En uno y otro caso, edificios que antes funcionaban sobre todo como contenedores eficaces de material cultural valioso —obras de arte o libros, tanto da— aspiran a convertirse en genuinos condensadores cívicos y sociales. En uno y otro caso, la arquitectura salta a la palestra como guía privilegiada de tan ambiciosa operación.

Tingbjerg Library and Culture House. COBE Architects. Biblioteca contemporánea
Tingbjerg Library and Culture House. COBE Architects. Foto: Rasmus Hjortshoj

Public living-rooms. El norte del norte

Es en la Europa del norte donde este proceso se ha desarrollado de manera más natural y paulatina. Especialmente por la refinada cohesión de sus tejidos sociales, pero también porque fue en dos países bien septentrionales donde la arquitectura del movimiento moderno y la biblioteca se encontraron por primera vez con éxito clamoroso: la Biblioteca Pública de Estocolmo de Asplund (1924-1928) y la de Viipuri de los Aalto (1927-1935) son la piedra de toque de estas construcciones de última generación.

Tingbjerg Library and Culture House. COBE Architects. Biblioteca contemporánea
Tingbjerg Library and Culture House. COBE Architects. Foto: Rasmus Hjortshoj
Tingbjerg Library and Culture House. COBE Architects. Biblioteca contemporánea
Tingbjerg Library and Culture House. COBE Architects. Foto: Rasmus Hjortshoj

“Las bibliotecas ya no tienen que ver solo con los libros, sino con compartir conocimiento y experiencias a partir de muchos canales. No son algo distinto a las salas comunitarias. Por eso los fineses se refieren hoy a las bibliotecas como cuartos de estar públicos”.

Teemu Kurkela. JKMM Architects

Teemu Kurkela, fundador del estudio JKMM, compatriota de los segundos y responsable de la ampliación de otras dos de sus bibliotecas canónicas, describe con precisión el nuevo planteamiento: “Las bibliotecas ya no tienen que ver solo con los libros, sino con compartir conocimiento y experiencias a partir de muchos canales. Este fenómeno ha transformado las bibliotecas contemporáneas en enclaves donde hallar inspiración y grandes novedades a través de la lectura y otras actividades; y también donde encontrarse unos con otros. No son algo distinto a las salas comunitarias. Por eso los fineses se refieren hoy a ellas como cuartos de estar públicos”.

Calgary's New Central Library. Snøhetta. Bibliotecas contemporáneas
Calgary’s New Central Library. Snøhetta

El término public living-room es casi un tópico en Escandinavia y los Países Bajos a propósito de este asunto. Lo emplean también Winy Maas, de MVRDV, y los noruegos de Snøhetta en alusión a proyectos de planteamiento espacial bien distinto al de Fyyri, nombre por el que se conoce a la biblioteca municipal de Kirkkonummi diseñada por JKMM en 2020 y a la que aluden las anteriores palabras de Kurkela. Francine Houben, de Mecanoo, sube el diapasón cuando califica de “palacio para el pueblo” su monumental —y algo grandilocuente— Library of Birmingham (terminada en 2013). Viene inevitablemente a la cabeza aquel malogrado Volkpalast berlinés, vestigio del pasado comunista de media ciudad, cuyo indulto defendió con tanto entusiasmo como poca fortuna Rem Koolhaas en la primera década de nuestro siglo.

Kirkkonummi Library. JKMM Architects. Biblioteca contemporánea
Kirkkonummi Library. JKMM Architects. © Pauliina-Salonen
Kirkkonummi Library. JKMM Architects. Biblioteca contemporánea
Kirkkonummi Library. JKMM Architects. © Pauliina-Salonen

No dejaba de ser un gran capitolio comunal y multiusos que albergaba el parlamento de la Alemania Oriental, pero donde tantos berlineses del Este vieron por primera vez una bola facetada de discoteca en los años setenta. Tampoco es casual que fuera Koolhaas quien sentara el antecedente inmediato de estas nuevas bibliotecas-living-room en Seattle por esos mismos años. En tonos y poses más sobrados o más circunspectos, todos ellos hablan de sitios de encuentro presencial y cívico en sociedades donde la interacción personal y colectiva está migrando al dominio virtual.

Library of Birmingham. Mecanoo. Biblioteca contemporánea
Library of Birmingham. Mecanoo. © Christian Richters

La ciudad como tablero. Impacto urbano

El reverso de esa condición espacial que reside en los interiores está en la relevancia urbana de sus volúmenes exteriores y su emplazamiento. Mecanoo aspira en Birmingham nada menos que a cualificar y dotar de una prestancia que no tenía a Centenary Square —la mayor plaza del centro de la ciudad— e incluso a regular y mejorar el tráfico peatonal en todo ese distrito. Su retórica enlaza de manera explícita con aquella vocación icónica de los nuevos museos de finales del siglo XX, en la medida en que pretende convertirse paladinamente en la construcción más importante de la urbe —por entonces la más joven de Europa, con un 25% de la población por debajo de los veinticinco años— y en la mayor biblioteca del continente y sus islas.

Calgary's New Central Library. Snøhetta. Bibliotecas contemporáneas
Calgary’s New Central Library. Snøhetta

La Calgary Central Library de Snøhetta (2018) actúa como sutura entre dos partes de la ciudad escindidas por una línea de tren ligero —que encapsula levantándose sobre ella—, y se comporta “como un portal y como un puente restableciendo las conexiones visuales y peatonales entre ambos barrios”. Con menos humos, JKMM aspira también a redefinir una zona central en el contexto más modesto de Kirkkonummi, cerca de Helsinki, junto a su emblemática iglesia medieval y su mercado al aire libre, como lo hiciera en su momento Aalto en Viipuri enfrentando la nueva pieza a la vieja catedral, que no sobrevivió a la guerra.

Biblioteca Gabriel García Márquez. SUMA Arquitectura- Biblioteca contemporánea
Biblioteca Gabriel García Márquez. SUMA Arquitectura. Foto: © Jesús Granada

En Barcelona, SUMA Arquitectura y BCQ buscan, asimismo, mejorar el tejido urbano en que intervienen con equipamientos de barrio. La escala es otra, pero la complejidad es la misma. En la Biblioteca Gabriel García Márquez (2022), en Sant Martí, SUMA hace un guiño al carácter de la ciudad con una peculiar versión del chaflán del Eixample en voladizo, que crea una plaza cubierta y hace del vestíbulo-patio central la extensión natural del entorno público. En la Joan Maragall de Sant Gervasi (2014), BCQ desciende sobre la cota de la calle para que las cubiertas den continuidad al vecino jardín de Villa Florida y el complejo de “patios de luz y silencio y patios de libros y conocimiento” acomode los árboles preexistentes.

“Entendemos que las bibliotecas son el paradigma del espacio público, que han pasado a convertirse en catalizadores y condensadores sociales. Desde nuestro punto de vista, su relevancia se basa en la intensidad espacial única, en sus cualidades como ecosistema”.

Elena Orte y Guillermo Sevillano. SUMA Arquitectura
Biblioteca Gabriel García Márquez. SUMA Arquitectura. Biblioteca contemporánea
Biblioteca Gabriel García Márquez. SUMA Arquitectura. Foto: © Jesús Granada
Biblioteca Gabriel García Márquez. SUMA Arquitectura. Biblioteca contemporánea
Biblioteca Gabriel García Márquez. SUMA Arquitectura. Foto: © Jesús Granada

Todos estos rasgos comunes son tan genéricos como específicos, igual que el desafío de habilitar grandes ambientes luminosos a la vez que se protege de la luz a los libros —Aalto de nuevo pionero con sus legendarios pozos de luz indirecta en Viipuri—. Pero eso no se traduce en recetas ni fórmulas tipológicas. Elena Orte y Guillermo Sevillano, de SUMA, lo explican así: “Entendemos que las bibliotecas son el paradigma del espacio público, que han pasado a convertirse en catalizadores y condensadores sociales. Desde nuestro punto de vista, su relevancia no se basa en los programas y actividades que alberga y que podrían darse en cualquier otro lado, sino en la intensidad espacial única, en sus cualidades como ecosistema”.

Biblioteca Joan Maragall. BCQ Arquitectura. Biblioteca Contemporánea
Biblioteca Joan Maragall. BCQ Arquitectura. Foto: @ Ariel Ramírez

Orte y Sevillano utilizan el término más allá de su habitual significado medioambiental. La García Márquez —Premio Internacional a la Mejor Biblioteca Pública 2023— es un ecosistema en un sentido integral, holístico. Además de altos estándares de sostenibilidad y reducción de huella de carbono, se trata de que la estructura no solo supere las demandas tectónicas, sino que resuelva también los requisitos de programa; de que la elección de materiales no solo obedezca a consideraciones funcionales, sino que atienda igualmente a planteamientos figurativos y de representación.

Biblioteca Joan Maragall. BCQ Arquitectura. Biblioteca Contemporánea
Biblioteca Joan Maragall. BCQ Arquitectura. Foto: @ Ariel Ramírez
Biblioteca Joan Maragall. BCQ Arquitectura. Biblioteca Contemporánea
Biblioteca Joan Maragall. BCQ Arquitectura. Foto: @ Ariel Ramírez

En Sant Martí el empleo exhaustivo de la madera sirve para presentar el volumen como un conjunto de pilas de libros abiertos, pero también responde a las necesidades de confort acústico y táctil de los interiores. En Sant Gervasi, los revestimientos de losetas de arcilla de BCQ desempeñan un papel semejante y sugieren la idea de recogimiento propio de una bodega semienterrada, amablemente húmeda, pero a plena luz.

LocHal Library. Mecanoo. Biblioteca contemporánea
LocHal Library. Mecanoo. © Ossip Architectuur fotografie

Ecualizando el entorno social

Esa convicción, vieja y persistente, de que la arquitectura puede fomentar la cohesión social late a buen pulso detrás de esta nueva generación de bibliotecas, y los propios edificios son el mensaje. A veces, constituidos en escaparate, como la fachada de la biblioteca y casa de cultura proyectada por Cobe en Tingbjerg (2018): un característico conjunto de viviendas protegidas de ladrillo claro construido en los años cincuenta por Steen Eiler Rasmussen, devenido hoy en barrio conflictivo. El estudio la ha dispuesto como una pantalla de cajas semitransparentes y apiladas orientada a la calle para seducir al vecindario con la exhibición de las múltiples actividades que se realizan en su interior. “La arquitectura pretende ser una invitación a que la gente entre y, al mismo tiempo, promover la seguridad en la zona y desarrollar el carácter único de Tingbjerg”, dice Dan Stubbergaard, fundador de Cobe. La arquitectura como instrumento de redención ciudadana y también como herramienta de rehabilitación de la propia disciplina, desbordada por la degradación.

LocHal Library. Mecanoo. Biblioteca contemporánea
LocHal Library. Mecanoo. © Ossip Architectuur fotografie

Otras veces la transformación consiste en resignificar contenedores en desuso, como el viejo hangar ferroviario de Tilburg, en el Brabante neerlandés, que Mecanoo —con una estrategia y una retórica bien distintas a las de Birmingham— convierte en LocHal (2018): un agregado burbujeante de biblioteca pública, centro cultural y artístico, sede de un fondo de inversiones regional para la cultura y las industrias creativas, café y co-working merced a un interiorismo de mobiliario móvil y los proverbiales telones textiles de Petra Blaisse y su estudio Inside Outside.

The Cloudscape of Haikou. MAD Architects. Biblioteca contemporánea
The Cloudscape of Haikou. MAD Architects. ©CreatAR Images
The Cloudscape of Haikou. MAD Architects. Biblioteca contemporánea
The Cloudscape of Haikou. MAD Architects. ©CreatAR Images

La biblioteca espectáculo

La otra cara de las bibliotecas de nueva generación puede verse en China. Allí el libro es más fetiche que medio de conocimiento redefinido en un contexto tecnológico y social cambiante, y la arquitectura, más proveedor de experiencias espaciales espectaculares que forja de nuevas conexiones cívicas. Son operaciones publicitarias y de prestigio en las que cuenta más el poder que la comunidad, aunque su orquestación arquitectónica sea tan relevante como puede esperarse de la primera magnitud de sus autores: MAD en el orgánico y cavernoso Cloudscape de Haikon (2021) o MVRDV en Tianjin Bintay (2017), con su asombroso paralelepípedo excavado por el impacto de una esfera —que contiene un auditorio en su centro— y sus ondas expansivas, escalonadas y salpimentadas por libros reales y fingidos. Más que cuartos de estar públicos, son escenarios propicios para el selfie y la visita recreativa.

La otra cara de las bibliotecas de nueva generación puede verse en china. Allí el libro es más fetiche que un medio de conocimiento. Más que cuartos de estar públicos, son escenarios propicios para el selfie y la visita recreativa. Son la espuma mainstream.

Tianjin Library. MRVDV. Bibliotecas contemporáneas
Tianjin Library. MRVDV. © Ossip van Duivenbode

Son la espuma mainstream que corona un magma más enjundioso, el de un nuevo tipo de propuestas híbridas que ya no son meros silos de libros, que enlazan la escala macro de la ciudad con la micro del entorno doméstico concebido como lugar público y, a su vez, con la intermedia de la dotación cultural y comunitaria. Un futuro abierto aún por cartografiar que propone una nueva sociabilidad presencial y material, donde las nuevas tecnologías de la comunicación se alían con el legado milenario del libro y le rinden la debida pleitesía.

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