El diseñador Jorge Pensi escribe sobre su silla Ara para Pedrali

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Pedrali construyó el molde para la inyección y, al cabo de unos meses, la silla Ara comenzó a existir. Desde el primer instante fue una pieza exitosa, consiguió numerosos premios y muchos años después sigue siendo muy valorada por arquitectos e interioristas.

Nuestra primera colaboración con Pedrali tuvo lugar en 2007, cuando Monica Pedrali visitó nuestro estudio recién inaugurado en la Villa Olímpica de Barcelona y nos dio el briefing de la mesa Ypsilon. Cierto tiempo después fui a su sede con Diego Slemenson, mi diseñador colaborador, a evaluar los prototipos realizados y recibimos el siguiente encargo: una silla apilable —con y sin brazos— de una sola pieza inyectada en polipropileno.

Silla Ara. Jorge Pensi. Pedrali
Silla Ara. Jorge Pensi. Pedrali
Silla Ara. Jorge Pensi. Pedrali
Silla Ara. Jorge Pensi. Pedrali

Superexcitados por continuar trabajando para la firma italiana, nos dirigimos al aeropuerto y allí nos enteramos de que, debido a una huelga, el vuelo de regreso a Barcelona se demoraría un tiempo no especificado. Nos miramos y dijimos: es el momento adecuado para empezar a diseñar. Cogimos unas servilletas del bar, pedimos prestado un bolígrafo y en un rato teníamos la propuesta esquemáticamente terminada. Decidimos que debía tener unos signos de identidad claros: que resultara elegante, que no fuese una más del universo que nos rodeaba y, sobre todo, que perdurase. La atemporalidad es un valor que siempre he considerado primordial.

Silla Ara. Jorge Pensi. Pedrali
Silla Ara. Jorge Pensi. Pedrali
Silla Ara. Jorge Pensi. Pedrali
Silla Ara. Jorge Pensi. Pedrali

Ya de vuelta en el despacho con la servilleta en la mano, Diego se puso a concretar en nuestro workshop un modelo 1:1. Nunca hubo planos, nunca hubo un 3D. Como por arte de magia, en unos días lo perfilamos y fueron apareciendo todos los atributos que habíamos dibujado en el aeropuerto: que su respaldo se transformase en patas traseras, que no se notase que era apilable y, especialmente, el asa, que es la característica más clara.

Silla Ara. Jorge Pensi. Pedrali
Silla Ara. Jorge Pensi. Pedrali
Silla Ara. Jorge Pensi. Pedrali
Silla Ara. Jorge Pensi. Pedrali

Una vez acabado el prototipo, Giuseppe Pedrali vino a verlo. Por supuesto, su visita nos provocó un cierto grado de nerviosismo, dado que nadie en Pedrali había visto nada. A Giuseppe le pareció que era lo que la empresa buscaba y eso nos llenó de profunda alegría. Juntos hicimos algunas correcciones de medidas, enviamos el proyecto a Italia, Pedrali construyó el molde para la inyección y, al cabo de unos meses, Ara comenzó a existir.

Silla Ara. Jorge Pensi. Pedrali
Silla Ara. Jorge Pensi. Pedrali

Desde el primer instante fue una pieza exitosa, consiguió numerosos premios y muchos años después sigue siendo muy valorada por arquitectos e interioristas. En el estudio somos conscientes de que el proceso de creación y desarrollo de Ara fue único e irrepetible. Todas esas formas, líneas, materiales y elementos simbólicos que estaban en mi cabeza finalmente quedaron volcados en una desafiante servilleta blanca. Italo Calvino decía que con todo lo que había escrito en una hoja era capaz de combinar distintos párrafos y así conseguir algo con sentido. Puedo decir que me ocurre lo mismo. Uno, desuno y mezclo diferentes dibujos y esquemas hasta lograr un concepto válido. Eso es solo el inicio, dado que hay que recorrer un largo y sinuoso camino para que ese concepto sea realmente un producto: planos, perspectivas, 3D, modelos, moldes, etc. Pero, al final, la idea será un objeto y el deseo se hará realidad. Sin embargo, con Ara sucedió casi de inmediato, casi al instante, casi antes de que el vuelo Milán-Barcelona despegara. | Jorge Pensi

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