Situado en el Parque Nacional de Sanin Kaigan, el Tottori Takahama Café de Kengo Kuma Associates se alza como una atalaya de madera y hormigón sobre la que observar el paisaje dunoso.
Tottori Takahama Café: arquitectura de madera y hormigón
Para Kengo Kuma, la madera es un elemento de mediación entre los seres humanos y la naturaleza. Desde ese supuesto hay que entender la inagotable declinación que hace de ella, siempre en primer plano de su obra, independientemente de la escala o la complejidad del programa. Este pequeño café —apenas 200 m2 en tres plantas— no es una excepción: junto al hormigón, la madera contra laminada (CLT) forma parte de su estructura, copa los revestimientos interiores y exteriores y protagoniza también el mobiliario.
Además de cafetería, también es un mirador que se eleva sobre los edificios circundantes para asomarse a la costa y al espectáculo en permanente transformación de las dunas de Tottori, parte del Parque Nacional de Sanin Kaigan, catalogado como Geo parque Global por la Unesco. Esa doble demandase resuelve en un solo gesto, levantando del suelo —apenas 45°— un paralelepípedo cubierto a dos aguas y convirtiéndolo en un volumen vertical e inclinado, cuyo suave dinamismo replica el modelado cambiante del sistema dunar bajo la acción del viento.
La geometría de Kengo Kuma
La cubierta se desliza hacia el dorso —como quien desplaza el ala del sombrero al echarla cabeza hacia atrás— y se transforma en la fachada posterior, al tiempo que el borde del faldón anterior da lugar a la pérgola de la terraza que mira a las dunas.
En la planta baja, la sala, cerrada por una caja de vidrio, se proyecta hacia afuera y el interior cobra un cierto aire de diner, con la barra ondulada que evoca el paisaje de dunas. En el nivel superior y en la terraza, los planos inclinados del cerramiento activan unos espacios en principio regulares. La estructura es híbrida: trabaja la CLT, pero también el hormigón de la caja hueca que alberga el ascensor y las planchas que se esconden tras la madera. En el costado culebrea con gracia una elegante escalera exterior para subrayarla condición de atalaya.
Kuma hace guiños a la artesanía local de tradición mingei en las luminarias, de papel texturado con arena, y en los lavabos, hermosas cerámicas vidriadas del taller de Nakai-gama. La madera cumple así su función mediadora llevando a la geometría de la construcción la textura y los tonos de las masas plásticas de las dunas, y la arquitectura muestra, una vez más, que la sencillez no es más que la complejidad después de encajar con naturalidad y maestría todas las piezas. |
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En el Parque Nacional de Sanin Kaigan, ubicado en Tottori, Japón.