Bjarke Ingels Group (BIG) ha completado el Museo de Refugiados de Dinamarca con una moderna arquitectura que une dos antiguos edificios. El que fuera uno de los mayores campos de refugiados en el país danés durante la Segunda Guerra Mundial se ha convertido ahora en una nueva institución para que las próximas generaciones puedan comprender la historia.
Bjarke Ingels (BIG) renueva el pasado para alumbrar el presente
En Oksbøl, al oeste de Dinamarca, se localiza un nuevo centro cultural dedicado a los refugiados. Su situación no es casual, ya que la zona donde se ubica albergó en su día el mayor campo de refugiados del país nórdico. Tras la intervención del famoso estudio de arquitectura de Bjarke Ingels (BIG), el edificio se ha convertido en un museo referente que reflexiona sobre la condición de aquellos que se han visto obligados a abandonar su patria. Tanto en el pasado como en el presente. “El Museo de Refugiados de Dinamarca explora una parte importante de nuestra historia y un tema más relevante que nunca, con millones de refugiados actualmente desplazados de sus hogares”, afirma Ingels.
Con una superficie rodeada de bosque de 1 600 m2, el inmueble ha sido moldeado teniendo en cuenta su relación con las construcciones preexistentes: las pertenecientes al hospital del campo de refugiados de la Segunda Guerra Mundial. Las dos alas patrimoniales de sus estructuras originales han sido preservadas, ya que el objetivo del proceso de diseño ha sido el de crear un lugar para la memoria que iluminase la situación actual.
Una extensión en acero corten
Una curva acentuada hace de eje conector entre las dos edificaciones. En su aportación, BIG ha enlazado el par de unidades con un sinuoso y gigantesco nexo forrado de acero corten. Su sintonía con el ladrillo del viejo armazón se une a un interior, donde se descubre la transparencia del cristal —de altura completa— para los laterales y la sobriedad de la madera —en reminiscencia a los tejados del hospital— para la cubierta interna. La forma curvilínea se extiende suavemente hacia el exterior para generar un momento de llegada acogedor para los visitantes.
Desde fuera, el volumen abstracto da la bienvenida al público en un vestíbulo de entrada cerrado. Al ingresar, un muro de vidrio curvo revela la vista de un patio: un jardín escondido que dialoga con el paisaje exterior a través de los contornos del museo, por donde la luz fluye libre y armónica. Asimismo, el ala norte ha sido renovada para contener la zona expositiva, mientras que el ala sur acoge ahora las áreas de cafetería, sala de conferencias y oficinas.
El FLUGT —nombre con el que se le conoce en danés— es un ejemplo de cómo preservar el legado y actualizarlo sin interrumpir su esencia es posible. Así lo confirma Ingels: “Nos adentramos en este proyecto con todo nuestro corazón para abordar uno de los mayores retos del mundo: dar la bienvenida y cuidar a nuestros compañeros ciudadanos del mundo cuando son forzados a volar”.
En este enlace puedes descubrir más edificios realizados por BIG.
No. De hecho, el museo está localizado cerca del curioso museo subterráneo Tirpitz Museum, que fue anteriormente diseñado por BIG. Ambos museos han sido encargados por una institución local denominada Vardemuseerne, cuya misión es la de compartir el conocimiento histórico de la región. Desde BIG abordan esta nueva obra como una continuación de su colaboración con ellos. Además, el estudio tiene probada experiencia a la hora de enfrentarse a la ejecución de estas edificaciones. Ejemplo de ello es el Musée Atelier Audemars Piget, el Danish Maritime Museum o el sorprendente The Twist.
BIG es uno de los estudios de arquitectura más reconocidos del mundo. Fue fundado por Bjarke Ingels en 2005 y tiene sede en Copenhague, Nueva York, Londres, Barcelona y Shenzhen. La arquitectura de BIG surge de un análisis cuidadoso de cómo la vida contemporánea evoluciona y cambia constantemente. Una arquitectura utópica a la par que pragmática.