¿Cómo se renueva un restaurante con una estrella Michelin? ¿Qué hay que cambiar de una propuesta laureada? ¿Es suficiente con modificar la elección gastronómica o es necesario también el telón arquitectónico? Norm Architects ha diseñado un restaurante que emulsiona arquitectura y cocina en un sencillo invernadero de cristal en medio de los campos de Ästad Vingård.
Un restaurante sueco dentro de un invernadero de cristal
La apuesta de Norm Architects para la renovación del restaurante Äng, en la provincia sueca de Halland, ha sido crear una experiencia holística. Comida y diseño se materializan en un invernadero de forma simple que esconde, como un cofre transparente y cristalino, una joya para el paladar y la vista por su posición privilegiada, situada en un prado verde. Asimismo, este envoltorio arquetipo encierra mucho más: nos traslada a un mundo de tierra mojada y olor a hortaliza; a un escenario sostenible donde interaccionan naturaleza y cultura, y que ha sido reconocido con la estrella verde de la Guía Michelín.
El estilo planteado para Äng recrea una auténtica sinfonía espacial. Desde su primera impresión —un bar íntimo—, no revela la compleja sucesión de las diversas atmósferas que el usuario va a ir recorriendo en este viaje gustativo. Y es que las degustaciones en las estancias gastronómicas más laureadas suelen prolongarse en el tiempo. Pese a ello, lo que se vive en Äng es una propuesta dinámica que adapta su ambiente en función del momento del día, adentrándose incluso en la noche.
Una experiencia acompasada por Norm Architects
A medida que el evento evoluciona, la teatralidad deja paso a una estética más relajada; algo que se aprecia desde el color, la luz y las texturas hasta la ergonomía del mobiliario, que altera la manera de sentarse. Pero también la gastronomía va dejando atrás el efectismo para centrarse en platos de producto, donde brilla la materia prima. Una vez superada esta fase, un ascensor —de movimiento extremadamente lento, casi pesado— transporta a los clientes a un nivel inferior, de estética oscura y telúrica; una gran contraposición en relación al ámbito aéreo y transparente del invernadero.
Este lugar, usado como bodega, conduce a los usuarios a un comedor que, sorpresivamente, aguarda un estanque. Su existencia, difícilmente explicable, siempre estuvo debajo del edificio, lo que origina una nueva topografía artificial como consecuencia de la rotación entre los volúmenes arquitectónicos. Cada vez más, los clientes viajan a los lugares más recónditos en búsqueda de una experiencia memorable como esta; quizá por eso, empezamos a ver producciones artísticas sobre esta temática, como en la película El menú, que se va a estrenar este año. Después de estas vivencias, está claro que la gastronomía parece haberse convertido en el rock n roll del siglo XXI.
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Äng, restaurante con una estrella Michelin, se encuentra en las ondulantes laderas de Ästad Vingård, uno de los viñedos más grandes de Suecia.
Fundada en 2008, es un equipo de arquitectura enfocados en los campos del diseño industrial, la arquitectura residencial, los interiores comerciales, la fotografía y la dirección de arte.