Como guinda al hotel y centro de convenciones en el que se ha convertido una antigua fábrica de tejidos, al estudio Wutopia Lab le encargaron realizar una cafetería o una suite de lujo en una torre de agua en desuso. Pero Yu Ting, el arquitecto fundador, tuvo una idea mejor: honrar la memoria de la gente común, aquella capaz de actuar heroicamente en situaciones de crisis.
La anécdota histórica tras la torre de agua
Este cambio fue inspirado, en parte, por una historia ocurrida en esta zona de terrenos ganados al mar para el cultivo y el abastecimiento de la capital. Resulta que, durante la construcción de los diques en un día de grandes mareas, una tubería reventó poniendo en riesgo el proyecto entero. Una empleada que lo vio, saltó rápidamente a tapar la fuga con su propio cuerpo, y ante lo sucedido, mucha más gente se unió para frenar el escape. Estas personas fueron jóvenes de ciudad arrastrados por el gobierno a las afueras para trabajar en granjas de ambiente semimilitar bajo duras condiciones. De hecho, la torre de agua era el núcleo de organización del área de dormitorios.
Esta anécdota, protagonizada por Lu Jingjuan, fue uno de los detonantes de la modificación del programa por parte de Wutopia Lab. El otro evento, más cercano en el tiempo, fue el ingreso hospitalario de la esposa de Yu Ting y el acompañamiento que él hizo, cuarentena pandémica incluida. La desesperación que sintió ante la situación médica de su mujer puso en perspectiva la propuesta que había dejada pausada. Un elegante salón de té o unas habitaciones lujosas de repente no tenían sentido alguno. Había que erigir un monumento a la gente común; así nació en su interior el Memorial of Everyman.
Wutopia Lab plantea un faro de esperanza
El ejercicio espacial es sencillo, bello e impactante emocionalmente. Wutopia Lab construye una torre paralela dentro de la existente, con 84 tubos dorados de 5 cm de diámetro y 100 escalones que simbolizan un siglo en su ascensión. A la entrada, justo en el centro del suelo, se ha grabado un mapa de Shanghái, mientras que en cada peldaño iluminado uno de los 100 años recorridos. A lo largo del trayecto se marcan entre los cilindros acontecimientos que tuvieron lugar, y al llegar arriba una pared nos recibe con transferencias de fotografías de la época en la que se edificaron los pólderes.
El momento culmen y luminoso es aquel en el que el visitante, al llegar a la cima, se transforma en lámpara y puede proyectarse hasta el horizonte, donde, como dice el arquitecto, acaba realmente el mar. Dado que la torre está coronada por vidrio autosustentado, su fulgor puede vislumbrarse a kilómetros. Si hay algún lector aficionado al steampunk entre la audiencia, verá que solo falta un motor para poner en movimiento todo el engranaje de subida en espiral y luz. Sabiendo cuál es la historia tras Memorial of Everyman, cualquiera puede sentirse guiado e inspirado no solo al heroísmo de un determinado instante, sino al de los actos cotidianos, quizá más difíciles por su normalidad; como un faro que te anima a seguir en estos tiempos de desidia que nos ha tocado vivir últimamente.
En este enlace puedes ver otros proyectos realizados por Wutopia Lab.
En Chongming, una localidad cerca de Shanghái.
La torre de agua, que iba a convertirse en una cafetería o suite, se ha transformado en su lugar en monumento que honra a la gente común en el presente.
