La colección SOLO es un proyecto de coleccionismo y mecenazgo que aglutina obras de más de 180 artistas y cuenta, además, con su propio museo. Diseñado por el arquitecto Juan Herreros, Espacio SOLO ocupa 1500 m² de un edificio singular junto a la madrileña Puerta de Alcalá, y aloja a día de hoy un tercio de las más de 800 piezas que integran su fondo.
El coleccionismo privado de arte contemporáneo en España es escaso y principalmente silencioso. Destacamos la colección Zóbel —que acogería el Museo de Arte Abstracto de Cuenca—, la Fundación Vila Casas, Tasman Projects —creada por Fernando Panizo y Dorothy Neary— o la colección Helga de Alvear: una de las más relevantes y cuya fundación se encuentra en la ciudad de Cáceres. Aunque aún desconocida para el gran público, la colección SOLO ha apostado por abrir sus puertas, divulgar y visibilizar su contenido, una decisión muy particular y no tan frecuente.
Sus propietarios, Ana Gervás y David Cantolla, provienen de un entorno empresarial. Adquirieron las primeras obras en 2014 y poco a poco, de manera intuitiva e impulsados por un interés personal por el arte, dieron forma al que es ya hoy un ambicioso proyecto. Para conocer mejor la visión de los coleccionistas y el propio museo, conversamos en una entrevista a cuatro con Óscar Hormigos, director de desarrollo de la colección, Rebekah Rhodes, directora de documentación, y Milena Fernández, al frente de la comunicación.
“La colección SOLO no es un ámbito cerrado. No ha habido un plan avalado por una visión concreta. Estamos totalmente abiertos a iniciativas, tendencias, artistas…”
Óscar Hormigos
Colección SOLO. Los orígenes
ROOM Diseño.– Hablemos de aquellos primeros hallazgos. ¿En qué ámbitos se localizan los primeros artistas y cuáles eran sus tendencias discursivas?
Óscar Hormigos.- Es importante explicar que la propuesta nació de una forma orgánica. Partiendo de su amor por el arte, David Cantolla y Ana Gervás han ido dando pasos en función de las cosas que les han ido ocurriendo. No ha habido un plan avalado por una perspectiva concreta o un proyecto de comisariado. Todo ha sido fruto de la experiencia y de las oportunidades que han ido surgiendo.Y ahora se sigue funcionando de este modo; la colección no es un ámbito cerrado, estamos totalmente abiertos a iniciativas, tendencias, artistas…
Rebekah Rhodes.- En la formación de esta colección imperan las ganas de explorar de David y Ana. No se han enfrentado a esta idea como coleccionistas autómatas, sino que han ido indagando, enamorándose de piezas, rastreando artistas. Hay unas líneas de investigación que quizá en un principio correspondían a las influencias personales de ambos, como la presencia de mucha creación de Asia, en concreto, de Japón. David, por ejemplo, está ligado al ámbito de la ilustración y el videojuego, y una parte de SOLO corresponde a esa estética. De ahí vienen artistas como Gary Baseman o Timothy Björklund. Pero otros trabajos, como la chaqueta de porcelana del artista Li Xiaofeng—una de las primeras adquisiciones—, llegó tras varios años de fijación. En cada una hay un vínculo con los coleccionistas, una pequeña historia detrás.
ROOM Diseño.– La colección posee un fuerte carácter urbano: el manga, la animación o la música experimental. ¿Hay un momento concreto en el que empiezan a obtener relevancia los nuevos medios y las relaciones entre arte y tecnología?
Rebekah Rhodes.- A Ana y David siempre les han llamado la atención los lenguajes artísticos que quizá los museos y las instituciones han excluido. En ese sentido, el arte urbano puede encajar en esta premisa. Más recientemente hemos observado que el arte sonoro no dispone de un gran apoyo por parte de muchas galerías, y de ahí surge, por ejemplo, el premio PowSOLO. Aunque los medios del arte sonoro y del grafiti parecen muy distintos, ambos tienen cabida en este enfoque de colección abierta y sin barreras, con la vista puesta en lo que ocurre en el mundo.
Óscar Hormigos.- A modo de ejemplo, hay temáticas que a ellos les gustaban y que poco a poco han ido recopilando, como ocurre con El jardín de las delicias. De repente, se encontraron con una pieza digital que el colectivo SMACK había creado por el 500 aniversario de el Bosco y que había sido expuesta en Breda, en el MOTI Museum. Hay un interés por el arte digital desde el principio, ya que no coleccionan de una forma estanca, sino poniendo el foco en el arte sin añadir apellidos. Estamos apreciando que, en el caso de los medios digitales, la necesidad de apoyo es aún mayor. Más allá de coleccionar una obra puntual, teníamos que involucrarnos en todo el proceso.
Onkaos, un soporte para creadores new media
Óscar Hormigos se encarga, además, de liderar Onkaos: una de las líneas de mecenazgo e investigación que se desarrolla en el marco de la colección SOLO. Se trata de una propuesta de apoyo integral para artistas que trabajan con nuevos medios, y abarca desde la conceptualización y la producción hasta el soporte logístico y de diseño, la financiación a través de becas y la representación y comercialización. De este modo, aspiran a dar respuesta a las carencias que pueden padecer estas manifestaciones creativas. Artistas como Mario Klingemann —uno de los pioneros en el uso de la inteligencia artificial— o SMACK, al que ya hemos hecho referencia, se encuentran dentro de este programa. Los fondos de este tipo van en aumento al llevarlos al mundo de los NFTs, la nueva y revolucionaria forma de coleccionar productos digitales.
ROOM Diseño.– De la importancia de mostrar el catálogo surge el Espacio SOLO, la idea de albergar una parte de la colección en un lugar físico, visitable y estratégico. ¿Cómo toma forma el museo privado?
Óscar Hormigos.- Como coleccionistas, David y Ana tienen la intención no solo de ser custodios de las obras, creen que su responsabilidad es cuidarlas y también mostrarlas. No comparten la idea de coleccionismo en términos de posesión. Un emplazamiento como este en la Puerta de Alcalá —y que se complementará con otro ubicado en la Cuesta de San Vicente—, es parte de ese plan de crear inspiración a través de los recorridos que proponen las exposiciones. Por eso, por ejemplo, la visita es gratuita y guiada previa inscripción en la página web.
“A los propietarios de la colección siempre les han llamado la atención los lenguajes artísticos que quizá los museos y las instituciones han excluido”.
Rebekah Rhodes
En el Espacio SOLO encontramos una parte que funciona a modo de muestra permanente. Luego, y en torno a diferentes relatos, se articulan las exposiciones temporales, lo que permite que la colección rote y esté viva. Así se fomenta un diálogo continuo, que beneficia el crecimiento de los fondos y las relaciones con otras instituciones mediante el intercambio. De cara a los próximos meses, nuevos lugares darán visibilidad al proyecto. Además del nuevo edificio que complementará al actual —de 4000 m2 en el centro de Madrid, también diseñado por Juan Herreros—, buscan otros sitios con los que poder colaborar. Prueba de ello será la exhibición que comenzará en octubre en Matadero Madrid: una revisión contemporánea de El Jardín de las delicias a través de algunas piezas de la colección.
ROOM Diseño.– La exposición actual, Still Human, reúne a más de 40 artistas contemporáneos y casi 100 obras. ¿De dónde surge el hilo discursivo de este montaje?
Rebekah Rhodes.- Inauguramos Still Human semanas antes de que tuviéramos que encerrarnos en casa por la situación covid. El tema de la muestra —cómo nos enfrentamos a lo nuevo— se ha visto condicionada y ha hecho que su sentido crezca en este año. Las creaciones giran en torno a varias vías de exploración, que tratan sobre cómo nos sentimos y qué significa ser humano en un mundo de cambios tecnológicos y sociales. Estos temas los encontramos representados ya en la primera sala con dos trabajos de Mario Klingemann desarrollados con inteligencia artificial, y que presentan un discurso sobre lo que puede surgir al enfrentarnos a algo nuevo: una mezcla de terror y fascinación. Lo vemos en Appropriate Response, instalación ante la que el espectador tiene que arrodillarse para que genere una frase única para él y que tiene vínculos con el dadaísmo o la necesidad humana de jugar. Sphere o Back and Forth de Nik Ramage están relacionadas con el concepto de homo ludens.
Otras piezas nos recuerdan que lo nuevo no solo está en lo tecnológico, sino también en lo social, en cómo nuestra forma de entender el cuerpo y el género fluyen y se adaptan. En esta línea encontramos El abrazo de Lucecita, un abrazo que provoca cercanía al mismo tiempo que produce rechazo y extrañeza. Cuerpo e identidad están representados también en las obras de Evru / Zush. Más adelante, esculturas como la de Izumi Kato indagan en un terreno fluido en el que no sabemos si ese cuerpo escultórico es humano, divino o extraterrestre. En definitiva, Still Human es un viaje en el que el visitante se coloca en distintos lugares al encontrar nuevos cuestionamientos nacidos de estos perculiares años 20.
Le preguntamos a Rebekah Rhodes sobre los trabajos más relevantes, las joyas de la corona, a lo que nos responde con la vista puesta en alguna de las creaciones seleccionadas para ilustrar este artículo, y que considera importantes para explicar los ejes principales de la colección. Nos habla del peso del arte japonés a raíz de La última cena de Keiichi Tanaami, “el abuelo del pop japonés”. Del pintor contemporáneo más conocido de la escuela de Leipzig, Neo Rauch y de Soundsuite, la escultura de Nick Cave que tan bien representa aquello de “el arte sin apellidos”. Hablándonos de Cassie MacQuarter, defiende los postulados críticos y emergentes.
Programas como el de la colección SOLO ayudan a mirar la escena creativa actual con un prisma diferente al que ofrecen galerías, museos e instituciones. En el seno de esta acción privada fluyen de forma ágil y dinámica las estrategias y las propuestas que permiten tejer redes culturales y dotar a los artistas del soporte que necesitan, lejos del ruido y de la ralentización que sufren las iniciativas con fondos públicos. Este proyecto transversal, de difusión y soporte para el arte contemporáneo, apuesta por un arte multiformato, autónomo y que sucede a tiempo real. Se mueve y está vivo. |