Daniel Canogar propone un acercamiento en tiempo real a la meteorología de la capital española. Térmica es una obra realizada con pantallas led flexibles que reaccionan a través de internet a los cambios en el clima: una instalación en constante creación.
Arte que no busca solo epatar. Esculturas que ya han superado la etapa del movimiento sin más intención que la de convertirlo en su motor. Lo que hace Daniel Canogar en su última intervención, Térmica, es responder; pero no tanto a quienes vayan a visitarla como una contestación a la climatología que los rodea, sino al mismo tiempo que sucede. Apenas un viento, unas gotas o el sol que más caliente son suficientes para que una fotografía de la obra nunca sea igual a la anterior. Artista y algoritmo cada vez en mayor conexión.
La escultura digital de Daniel Canogar
Ubicada en un edificio residencial de Madrid, Térmica se revela como la última creación tridimensional de un artista en su búsqueda por conceptualizar la escultura desde una visión rupturista. Incluso cuando el límite era la pantalla, años de investigación le han permitido plantear desde su estudio un módulo de led flexible con el que confeccionar pantallas de complejas curvaturas para adecuarse simbióticamente, pero sin camuflaje alguno, al espacio ideado.
Conectadas a internet, estas reaccionan motu proprio y en tiempo real a los diferentes fenómenos de la meteorología de la capital española, generando para ello animaciones de carácter abstracto. Colores y plasticidad de una imagen salvapantallesca que desde cualquier perspectiva deja libertad al algoritmo para que la experiencia empape toda mirada.
Canogar plasma el clima en tiempo real en Térmica
Por apariencia, se puede pensar en una aleatoriedad rampante, pero nada más lejos de la realidad: la instalación Térmica verdaderamente proporciona información sobre la climatología. Solo hay que fijarse en cada partícula que va dejando su propio rastro. Codificado visualmente mediante tonalidades, grosor o intensidad lumínica, en ellos se pueden cuantificar la velocidad del viento, el nivel de humedad o la presión atmosférica. Un registro diferente de la pulsión de la ciudad. Un interés no pasajero.
Esta abstracción no es nueva en Daniel Canogar. Nacido en 1964, su vida y trabajo ha estado anclado por igual en España —de donde es su padre— y Estados Unidos —sus raíces maternas—. Interesado en la capacidad de la imagen proyectada a gran escala, sus piezas monumentales de arte público se han representado en la fachada del Museo del Prado o en Times Square, en Nueva York.
Si quieres saber más sobre su obra, aquí un retrato fiel sobre su visión del arte.
Su proyecto Amalgama tuvo lugar en la pinacoteca en 2019.
Canogar crea grandes instalaciones utilizando mosaicos flexibles de pantallas led, que permiten su torsión de forma compleja al mismo tiempo que dicha curvatura se adapta a su idea inicial.