La semiótica del color tiene un influjo mágico en nuestra manera de concebir el mundo. Con la lámpara de pared Moodmoon—diseñada por Sebastian Hepting para la firma Ingo Maurer—se plantea la posibilidad de jugar con la gama cromática de acuerdo a las emociones. Un cuadro de papel japonés que nos permite elegir cómo nos apetece disfrutar del fulgor lunar.
Cambiar los estados de ánimo de la luna
Según la socióloga Eva Heller, la vinculación de los colores con los estados de ánimo no es arbitraria, sino que se basa en experiencias compartidas por el pensamiento humano. Una curiosa asociación que influye en nuestra percepción subjetiva de la realidad y que está bastante trabajada en disciplinas como el arte, el diseño o la arquitectura. Hay comunicación más allá de las palabras, mensajes cifrados en detalles, también en la pigmentación de la luz. Sebastian Hepting ha reinterpretado esta última a través de ledes en Moodmoon, una lámpara de papel que evoca atmósferas cósmicas y tranquilas.
De los astros que nos rodean, la luna siempre ha sido el que más sentimos al alcance. Es común alzar la mirada e intuir en ella un magnetismo especial y desconocido. En esa necesidad de recrear su redonda silueta se encuentra la tarea del diseñador alemán, ya que esta luminaria apela a la forma flotante del satélite en mitad de la nada. El resultado es una suerte de lienzo, editado por Ingo Maurer, que reluce de forma tenue e hipnotiza con una única intención: inducir el bienestar en quien lo observa. El viaje armonioso viene dado por su programación de 14 secuencias de colores, que van desde el rojo intenso hasta el sosegado azul.
Papel japonés, material estrella de Ingo Maurer
Moodmoon es una fusión entre tecnología digital y materiales de alta calidad. Además de incorporar varios puntos de iluminación led neopíxel—direccionables y fáciles de controlar—, el uso del papel japonés le otorga a la pieza un matiz artesanal. La firma de iluminación Ingo Maurer ya había utilizado este componente en más de una ocasión; lo vemos en las lámparas colgantes Floatation y Maru o en su famosa serie Zettel’z, de ahí la acertada decisión de emplear el mismo elemento para no abandonar ese toque tan propio.
Asimismo, la irregularidad de las fibras del papel japonés hace de cada luminaria una estampa única; es precisamente su rugosidad y estética la que sugiere una sensación de acuarela. Luces y sombras se debaten en el translúcido material confundiendo al observador, pues uno acaba sucumbiendo al interrogante de no saber si se encuentra frente a una obra pictórica.
En esta simbiosis de poesía y ledes, el vaivén de emociones se va alineando con el movimiento rítmico de los tonos. En esta lámpara de papel de Ingo Maurer, la gradación cromática evoluciona desde el blanco halo lunar hasta un intenso color cercano al núcleo del círculo; todo ello para sumergir al espectador en un éxodo hacia la calma absoluta. “El efecto te detiene y te hace mirar con asombro, relajarte en una vida cotidiana llena de sobreestimulación”; y es que a veces se necesita vaciar la mente, otear un punto e ir directos hacia su luz.
Chapa de acero, papel japonés y luces led.
La lámpara incluye un programa de 14 secuencias de colores y estados de ánimo.