El estudio chino ZJJZ Atelier ha creado Woodhouse Hotel, un buen ejemplo de arquitectura integrada en el paisaje con unas características que la definen como sostenible. La intención es que actúe como un atractivo turístico para promocionar la economía de las zonas rurales más desvalidas.
Entorno rural como oportunidad
¿Puede un negocio especulativo y de gran impacto ambiental por sus dimensiones, como un hotel, incorporarse en el paisaje y actuar como regenerador de la economía local? La respuesta parece tenerla clara el equipo chino ZJJZ Atelier con WoodHouse Hotel.
Esta propuesta se ubica en Tuanjie, un pequeño pueblo situado en la montaña que cuenta con parajes impresionantes. Se encuentra rodeado por tierras de cultivo libres de contaminación que ahora se ven como un posible atractivo turístico. Por este motivo, Woodhouse Hotel es un proyecto pionero de la nueva política gubernamental china; con él se pretende potenciar los sectores más desfavorecidos y erradicar la pobreza rural mediante la introducción del turismo agrícola, asociado con el hecho de conocer la cultura vernácula y gozar del enclave.
El objetivo de este hotel se basa en capturar la belleza de la naturaleza con una apariencia tranquila y contenida. De ahí la importancia del concepto sostenible, que armonizan con el entorno, tratando de atraer clientes que quieran un remanso de paz en lugares aún por descubrir.
Diez cabañas de madera por ZJJZ Atelier
La morfología diseñada por ZJJZ Atelier se aleja de cualquier convencionalismo. WoodHouse Hotel consta de diez cabañas de madera independientes, de 40 m2 de superficie y un solo piso de altura elevado en relación al terreno, que se asientan en la ladera del monte. El conjunto busca aprovechar las virtudes del ambiente rural sin perder en ningún momento el respeto por el sitio. Por ello, tiene un impacto mínimo en el paisaje, con el que se funde a la perfección gracias a su escala y su materialidad.
Por medio de un meticuloso análisis, ZJJZ Atelier determinó el emplazamiento y la orientación de las diez casas para que estas pudiesen ofrecer las mejores vistas sin alterar las formaciones rocosas originales y los bosques existentes. Un sendero peatonal configurado a través de una serie de pasarelas de madera discurre por el área, salvando los desniveles presentes con escaleras del mismo componente, dando acceso a cada uno de los alojamientos.
La geometría de las cabañas es muy sencilla, pudiéndose observar siluetas poligonales básicas y plantas rectangulares o cuadradas con cubiertas inclinadas a una y a dos aguas. Esta variedad tipológica ayuda a su integración con el territorio, como si fuesen cabañas autóctonas, rechazando la idea de complejo hotelero tradicional vinculado a grandes construcciones.
Con esta intervención, casi paisajística, ZJJZ Atelier consigue incluir en un área rural un negocio especulativo, a priori muy apartado de las bondades que este hotel posee: el uso y disfrute de sus clientes y la regeneración económica de la zona de manera sostenible.
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