Perspektivenweg. El sendero con vistas diseñado por Snøhetta

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Arriba, en un lugar concebido solo para los pájaros y los dioses, pero conquistado por el milagro del funicular, se emplaza el proyecto que Snøhetta ha diseñado en Innsbruck (Austria). El estudio noruego, con sede en la propia ciudad, propone un sendero —que desciende con calma a través de distintas paradas hechas para detenerse— con piezas de mobiliario construidas con los propios materiales de la montaña.

Perspektivenweg. Snøhetta

Perspektivenweg o camino de perspectivas comienza a los pies de la estación de esquí Seegrube, 1400 metros por encima del valle del río Inn. Plantear una propuesta de este tipo en un lugar tan inaccesible carecería de sentido si no fuese porque el Nordkettebahn, un teleférico construido a principios de siglo XX y reformado en 2007 por Zaha Hadid, comunica la parte más alta de la cordillera con el centro de Innsbruck en algo menos de media hora.

Perspektivenweg. Snøhetta
Perspektivenweg. Snøhetta

En una intervención de esta naturaleza es difícil contener la soberbia de querer competir con el entorno. La ruta se plantea como colofón a la experiencia del viaje en funicular, con la peculiaridad de que no hay recompensa al final del recorrido. El paisaje aparece durante la subida y permanece como un telón de fondo. Este condicionante obligó a los arquitectos a explorar las posibilidades que ofrece la travesía, las orientaciones, los cambios de pendiente o la posición de algún arbolillo, para incorporar diseños que permitan diferentes formas de observar: sentado, de pie, asomado, ligeramente apoyado, recostado, completamente tumbado o como la imaginación del momento estime oportuno.

Perspektivenweg es un sendero que desciende con calma a través de distintas paradas hechas para detenerse

El itinerario plantea un circuito cerrado en la zona más alta y se extiende hasta que la situación de la ladera cambia para ofrecer una nueva vista. En la parte más baja, un ramal se desprende del dibujo, cabo suelto que desciende en eslalon tratando de molestar lo menos posible al relieve. Perspektivenweg de Snøhetta nos descubre el principal hito: un mirador que brota del propio terreno y sirve de reclamo para completar la segunda parte del recorrido. En un intento por querer abrazar el horizonte, la estructura vuela unos metros sobre la roca y dibuja un nuevo perfil que realza, aún más, la geometría abrupta de la pendiente. La sensación de ingravidez se completa con un suelo de entramado metálico para hacernos creer que es lo más cerca que estaremos de poder volar.

Snøhetta

Los elementos distribuidos por el sendero comparten una materialidad heredada de las barreras contra los aludes. Los emparrillados de listones de madera de alerce sin tratar sirven de asiento para bancos y plataformas, y las planchas de acero corten se ofrecen de soportes que contienen, se hincan o se alzan sobre la topografía para posibilitar la aparición de un plano horizontal.

En un intento por querer abrazar el horizonte, la estructura vuela unos metros sobre la roca. Es lo más cerca que estaremos de poder volar

Snøhetta

Sobre el metal, encontramos grabada una selección de frases del filósofo austriaco Ludwig Wittgenstein acerca de pararse, percibir, aprender a mirar o abstraerse. Quizá busquen poner de manifiesto que se trata de una senda que captura la mirada sobre un panorama inabarcable, quizá estén intentando atraer la conciencia a un presente inmediato o quizá quieran ayudarnos tomar distancia sobre cuestiones más irrelevantes. Quizá sea todo eso o, simplemente, cuestión de perspectiva.

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Perspektivenweg
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