Algunos materiales son tan cotidianos en nuestra vida que solo conocemos su presentación industrial o, directamente, los vemos aplicados en la construcción o en la fabricación de objetos. Pero suelen estar rodeados de historia y tradición, e incluso llegar a convertirse en un autentico tesoro, como sucede en la cultural oriental con la laca, que no es lo mismo que la pintura laca o el barniz.
Sabemos que es la savia del árbol de la laca que crece en el este de Asia, y que en Japón se la conoce como Urushi. Los nipones la utilizan en varias aplicaciones artesanales, basadas en dos técnicas principales. En primer lugar, tenemos el urushi-nuri o laca húmeda, que se usa para recubrir objetos de menaje de cocina o instrumentos musicales. Y, en segundo lugar, el kanshitsu o laca tradicional japonesa seca, un procedimiento de modelado que construye estructuras huecas y resistentes con fibras naturales fijadas con laca, como la estatua budista de Ashura del templo Kofukuji de Nara, que fue realizada hace unos 1.300 años y que hoy en día sigue en perfecto estado.
Kenji Toki y Mitsuhiro Kanada son dos profesionales que investigan las posibilidades del kanshitsu en la industria actual. Kenji Toki es maestro artesano de Urushi y Mitsuhiro Kanada es ingeniero de estructuras, y dirigen el departamento de diseño y fabricación de la universidad de Miyagi y el de la Universidad de Artes de Tokio, respectivamente.
Ambos comparten la pasión por este proceso tradicional, y han desarrollado De liquido a sólido: un sistema en el que el mobiliario se proyecta con herramientas digitales e impresión 3D y se concluye con kanshitsu. Una de las piezas es la silla Legless 2016, en la que se ha escogido panel de cartón nido de abeja como refuerzo de la base y del respaldo, y también un escritorio elaborado con este mismo elemento y fibra de cáñamo.
Con ello demuestran que la laca tiene una resistencia similar a otros materiales, como los plásticos reforzados con fibra FRP que, además de ser sintéticos, son más difíciles de reciclar. Por tanto, esta iniciativa coloca la técnica kanshitsu como un sustituto potencial de los FRP, tanto por sus características mecánicas como por ser un material orgánico. En definitiva, Kenji Toki y Mitsuhiro Kanada han desarrollado un nuevo método de producción en masa. Recuperan así un material sostenible que minimiza nuestro impacto en el medio ambiente y crea buenas expectativas de futuro.
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