Didier Faustino. A la arquitectura política desde el arte

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Didier Faustino, arquitecto y artista francés, es un creador de proyectos controvertidos con una fuerte carga social, política e intelectual.

Didier Faustino. A la arquitectura política desde el arte
A Home is not a Hole. 2016
Foto: Francisco Nogueira

Inquieto, disruptivo y curioso con todo lo que le rodea, habló para ROOM Diseño desde su estudio en París, y nos fascinó el discurso que sostiene.

Didier Faustino. A la arquitectura política desde el arte
Les Jetées. 2012
Foto: Bérénice Serra

Entrar en la mente de un creativo no es tarea fácil. Menos aún si se trata de alguien como Didier Faustino. Su obra, su metodología, sus porqués. Lo que nos cuenta en una conversación que comienza en inglés y acaba en español —y que de vez en cuando salta al francés o al italiano, con una conexión a internet cuestionable y su jet lag recién llegado de China— es sin duda un viaje sin retorno. Un asombroso descubrimiento de quien resume su quehacer en una frase que no deja de resonar en nuestras cabezas: “Lo inseguro es lo realmente excitante”.  

Didier Faustino. A la arquitectura política desde el arte
HBIV-Continuum. 2018. Foto: David Boureau 

Disciplinas fronterizas

Graduado en Arquitectura a finales de los 90, Didier Faustino acabó la carrera sabiendo que sentía una fuerte inclinación hacia el arte y que su vínculo con la disciplina que había estudiado no encajaba en el formato tradicional de construcción. Influenciado por el movimiento de cambio de finales del siglo XX e inspirado por Lina Bo Bardi, su interés por diferentes tipos de performance fue el comienzo de todo. El estudio del ser humano y su relación con el entorno le llevó a querer exhibir su trabajo en un contexto cultural donde se siente cómodo y capaz de aportar una visión fresca e interesante. Desde sus inicios ha desarrollado un enfoque plural en todas sus actuaciones, que van desde el arte visual a la creación de espacios multisensoriales, pasando por instalaciones efímeras y diseño personalizado de mobiliario para los ámbitos que decide transformar. En su portfolio podemos encontrar intervenciones al aire libre como This is not a love song, donde una mancha de color irrumpe en medio de la ciudad, o Corpus Delicti, realizada en interior y en la que la participación de los otros es imprescindible para que las correas que cuelgan del techo adquieran sentido y no se limiten a vivir en un estado contemplativo. 

Didier Faustino. A la arquitectura política desde el arte
This is not a love song. 2014
Foto: Felipe Ribon

Su proceso creativo se divide en tres fases. La primera, la búsqueda de un lugar adecuado en el que presentar el resultado final. La segunda, determinar cuáles son las referencias en las que se basará, que habitualmente no vienen de la arquitectura, sino del arte, el cine, la música o la literatura. Por último, bocetar, crear elementos. “Intentamos buscar siempre la explicación más sencilla, la respuesta más fácil de entender. Cada propuesta debe convertirse en una línea, pero solo cuando llegamos al segundo nivel de entendimiento vamos más allá. Además, puede haber problemas que no se contesten con una línea sencilla, que no son tan obvios”, afirma Didier. Es entonces cuando entra en juego el título, que en la mayoría de ocasiones se convierte en toda una declaración de intenciones. “Es una de las partes más importantes de mi proceso. Tienes que leerlo y decir ok, entiendo el proyecto. Y entonces empiezas a buscar conexiones con el contexto. Es como un lema social”. 

Didier Faustino
This is not a love song. 2015
Foto: Bérénice Serra

En ocasiones, llevar a cabo exposiciones que hacen sentir incómodos a algunos sectores de la sociedad le ha traído problemas. Pero ese precisamente es el objetivo: la provocación como medio para activar el pensamiento. “Lo más importante es empezar a hablar. Que la arquitectura plantee preguntas, no que dé respuestas. Y eso es lo que me interesa: la reivindicación social. Por eso me acerco más al arte que a la arquitectura”, nos cuenta. Buen ejemplo de ello es Point Break . Una cerca de alambre, que el visitante debe esquivar agachándose, cruza la galería donde está expuesta. Una crítica a Estados Unidos y a la manera en la que muchos inmigrantes han de llegar en busca del sueño americano. “El ámbito de la galería se convierte en un territorio ambiguo, que cuestiona la gravedad y la violencia asociada con las fronteras y las propiedades”. O One square meter house, una instalación llevada a cabo en París en 2006 —pero que sigue adaptándose a la actualidad—, y que nos muestra una visión crítica sobre la especulación mediante la construcción de una vivienda de 17 metros de alto, pero tan solo 1 m2 de superficie, que obliga a quien viva allí a salir de casa para poder interactuar. 

Threesome Where. 2011

Arquitecturas agenéricas 

“Cada proyecto es una nueva pregunta. La inteligencia artificial hace que podamos producir arquitectura sin arquitectos. Pero si planteas preguntas, esto no pasa. Hay que escapar de la normalización organizada. Nosotros evitamos reglas y buscamos aquello que sea excitante, ahora o en el futuro. Todo va de realizar una pregunta abierta”. Y eso es lo que vemos en su intervención más reciente, llevada a cabo en el centro de conferencias de Zebrastraat en Gante, Bélgica. Con el objetivo de redefinir las zonas públicas —como la entrada, el bar o las áreas que llevan a las salas de conferencias—, la labor realizada aquí no responde únicamente a un reacondicionamiento estético. Las molduras, los paneles de mármol, los revestimientos de textil o de madera… Todo forma parte de una búsqueda: la creación de un lugar sin género. Tenía que ser algo atemporal, que superase con dignidad el paso de los años. Pero la imparcialidad estética tenía que expresarse sobre todo en la epidermis. “Se modificó muchas veces. Se trabajó con muchas emociones. La sensualidad, el erotismo del espacio… Y se profundizó en esta idea, pero intentando hacerlo a la vez más fuerte. Lo mejor fue coger todo eso y meterte dentro de esa piel”, nos cuenta Didier Faustino.

Didier Faustino
Des corps & des astres. 2013

Hablamos de un escenario polivalente que debe dar cabida a reuniones, cenas, cócteles y encuentros de diferente índole, donde todo el mobiliario está específicamente diseñado. “No es un bar, no es un restaurante, es todo al mismo tiempo. Esa es la parte más negativa, pero incluso eso me gusta porque es como una utopía. No sabes lo que es pero puede serlo todo. Es un limbo. De hecho, si tuviera que cambiarle el nombre después de conocer la experiencia de la gente que lo ha visitado sería ese limbo. Es como el infierno de Dante. No sabes exactamente lo que te espera allí”.

Didier Faustino. A la arquitectura política desde el arte
Revolution(s). 2004. Foto: Marc Domage

Artista, arquitecto, editor jefe en la revista CREE, profesor… La mezcla de diferentes disciplinas es algo que le atrae mucho, y aunque nos cuenta que en cierto modo lo lleva mal, es la nueva realidad. “Mi vida es como el desarrollo de un proyecto. Diría que cada día es sorprendente y, afortunadamente, me trae nuevas soluciones. Lo excitante viene de la inseguridad. Lo seguro es simplemente aburrido. Todas las producciones nacen de esa inseguridad”. Es fácil de entender que si hubiera que ponerle título a él sería el de Persona no identificada. No es un diseñador. Tampoco un artista. Aún menos un arquitecto. La obra de Didier Faustino es una pregunta sin responder.

Didier Faustino
YXZ Lounge. 2018
Fondation Liedts-Meesen. Gante. Bélgica
Foto: David Boureau

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