Oliver-Selim Boualam y Lucas Marstaller forman el estudio BNAG, localizado en Karlsruhe. Haciendo gala del buen humor, describen su practica como un “super design service”, que podríamos traducir como un superservicio de diseño. ¿Que qué significa esto? Pues no tengo ni idea pero me encantaría saberlo.
A simple vista, su trabajos no requieren de mucha explicación. Nos hablan de tú a tú.”Se me podrían haber ocurrido a mí”, podríamos pensar al ver algunas de sus obras, como por ejemplo sus Body Buddies, una serie de cerámicas inspiradas en formas de partes del cuerpo humano.
Una de sus propuestas más interesantes es Summloch –que se podría traducir como agujero zumbante–, presentada en la berlinesa Functional Art Gallery en 2018. Consta de un conjunto de piezas de mobiliario que mira a los Summstein, unas construcciones de roca con un hueco llamado summloch cuya funcionalidad no es otra que la de introducir la cabeza dentro para crear vibraciones.
Gran parte de sus trabajos, como las cerámicas de referencia humana, parten de lo figurativo y de lo icónico. Entre ellos podemos encontrar KEY, un set que consiste en dos inflables: uno con forma de llave de Twingo y otro que representa su cerrojo; o también su simpática alfombra New Folder, en referencia a las carpetas del sistema operativo de Mac OS.
Los objetos desenfadados y divertidos son algo que agradezco profundamente. Muchos autores tienden a cubrir sus creaciones de una capa de misteiro y niebla con el fin de otorgarles cierta dimensión intelectual que justifique su valor artístico, pero esto parece no ocurrir con BNAG. Las cosas son lo que son.
Otros nombres con un planteamiento similar son Lucas Maassen, cuyas sillas para sillas o su mesa pene sacan una sonrisa a cualquier; o un Maarten Baas más joven que en el año 2005 le rogaba a un montón de sillas que se convirtiesen en una estantería.
Conclusión. Cuando el diseño se eleva por encima de todo y se toma demasiado en serio no hace otra cosa sino alejarse de las personas.