Changsha es una antiquísima metrópoli china. Situada en el interior sur del país, se consolidó a lo largo de tres milenios como un importantísimo centro intelectual y comercial. Se dice que, al visitarla en 1920, Bertrand Russell la comparó a una ciudad medieval por su intacta estructura urbana. Aunque quizá esto sólo sea una anécdota apócrifa porque, en su autobiografía, el filósofo sólo evoca su falta de hoteles modernos y la horda de bichos que pululaban en la cama en la que pernoctaron.
Esa urbe construida a lo largo de siglos fue destruida entre los años 30 y 40 del siglo pasado, cuando se convirtió en el principal foco estratégico de las guerras sino-japonesas y un incendio la devastó por completo. Concediendo a la metáfora un sentido literal, Changsha renació de sus cenizas en 1949. Entre ese año y el inicio de los 80, triplicó su población y hoy, gracias a su capacidad industrial y a las inversiones exteriores, es una de las poblaciones económicamente más desarrolladas de la nación. Imposible pasar por alto que Mao Tse-Tung se educó y trabajó como profesor en Changsha: una colosal cabeza de 32 metros, retratándole en su juventud, se alza en la Isla Naranja, muy cerca de la capital.
La osadía de esta pasarela construida por NEXT Architects sobre el río Rey Dragón adquiere una particular naturalidad en el contexto de la ciudad y su intensa vida contemporánea. Signo de los tiempos, por sintetizar visiones y capacidades occidentales y orientales, su singularísimo trazado de 185 metros de longitud y 24 de altura se inspira en la morfología de la banda de Möbius y en el arte del anudado. En la tradición china, el nudo es un símbolo de suerte y prosperidad.
Ubicada en el emergente Nuevo Distrito del Lago, es una impresionante infraestructura de acero rojo que conecta -anuda- múltiples niveles a diferentes alturas, y cuyo color se asocia también a la felicidad y los buenos augurios. Su singularidad le ha valido figurar entre la docena de nuevos puentes que “han roto moldes” según la CNN. Pero su valor está más allá de su espectacularidad: es un fascinante laberinto que exuda energía y optimismo, y da lugar a un extraordinario espacio público.