Ruy Ohtake. Arquitectura brasileña contemporánea
A veces, la experiencia es una fuerza capaz de inspirar con más profundidad que el ímpetu de la juventud. Eso da a sentir una trayectoria extensa y que permanece aún vital y activa como la de Ruy Ohtake, a quien Oscar Niemeyer señaló como uno de los principales representantes de la arquitectura brasileña contemporánea. Lo hemos entrevistado a propósito de su charla en el Roca Barcelona Gallery y de los prototipos que está diseñado para la firma española de sanitarios.
Ohtake nació en 1938. Su madre, Tomie Ohtake fue artista plástica y una de las figuras más relevantes de la escena cultural de São Paulo. A ella están vinculadas dos de las obras más importantes de la carrera arquitectónica de su hijo, la casa en Campo Belo (1968) y el Instituto Tomie Ohtake (2001). Y también la determinante esencialidad del color, vibrante y audaz como las contundentes y hedonistas formas que dan carácter a su arquitectura
Del recorrido por una producción de más de tres centenares, destacan en particular obras como las residencia Chiyo Hama (1967) y Nadir Zacarias (1970), la sede de la Agência Banespa Butantã (1976), Edificio Triomphe (1984), la torre Maison de Mouette (1990) –cuyo sinuoso tratamiento de fachada parece anticipar el aplicado por Toyo Ito en 2009 a su proyecto en el Passeig de Gràcia de Barcelona−, el pabellón de São Paulo para la Expo Brasil’90, la Residencia Guarujá (1998), el Edificio Santa Caterina (1998), Brasilia Shopping and Towers (1997), el singularísimo Hotel Unique (2002), el Acuario Pantanal (2010), la Residencia Valinhos (2011) o el Centro Cultural Educamáis (2011). E todos queda reflejada una sensibilidad comprometida y una vocación pasional y pragmática.
ROOM Diseño.- ¿Cómo ha surgido esta visita a la capital catalana?
Ruy Ohtake.- He visitado Barcelona para participar en las celebraciones del centenario de la empresa de sanitarios Roca. He dibujado tres diseños de bañera para ellos, los prototipos ya están casi listos y creo que el lanzamiento será durante febrero. Las tres piezas son muy hermosas.
R.D.- Hablando de dibujar, usted reivindica el empleo de la tecnología pero insiste en el uso de la mano para el dibujo. ¿Todos sus edificios y objetos nacen de trazos manuales?
R.O.- Creo que la creatividad se traslada a los dibujos mediante la mano. De hecho, siempre comienzo mis proyectos con un dibujo hecho a mano, que es el que muestro al cliente. Luego, una vez tengo su aprobación, es cuando procedo a dibujar el proyecto digitalmente. Pero, esencialmente, todo mi trabajo se lleva a cabo a mano libre. La mano permite representar las ideas con mayor rapidez que las herramientas informáticas. El ordenador es, finalmente, una máquina y su funcionamiento nunca podrá ser tan libre e inmediato como el de la mano.
R.D.- Concibe la arquitectura como una manifestación artística que construye ciudades, que las hace acogedoras y permite la convivencia. Una visión según la cual el valor de la arquitectura ha de ser estético pero también ético.
R.O.- Absolutamente. Tengo muchos dibujos de proyectos para favelas y condominios situados en la periferia de São Paulo. Son las zonas más desfavorecidas y con menos recursos y en ellas viven personas con hijos que, en dos décadas, habrán de ser la esperanza del país. Desde esta mirada, hasta la cuestión más humana de la solidaridad, la arquitectura es un instrumento fundamental para reparar estas diferencias entre clases sociales. La arquitectura puede ser una herramienta para incrementar la igualdad, hacer crecer una sociedad con mayor solidaridad para que el mundo camine con un espíritu más humano. Democracia y solidaridad son valores que todos deseamos.
R.D.- Éste es de hecho el fundamento que subyace al conjunto habitacional de Heliópolis (São Paulo, 2011), cuyas viviendas popularmente han sido bautizadas como ‘Redondinhos’ por su forma cilíndrica. Es uno de sus proyectos más conocidos y desde el que usted afirma que, al diseñar arquitectura social, lo esencial es que hablemos de responsabilidad y no de ayuda.
R.O.- Y es una responsabilidad doble, que tiene dos manos. Por una parte, los arquitectos hemos de esforzarnos por entender a las comunidades; mientras que, por la otra, éstas han de esforzarse por comprender el alcance de la arquitectura, para que el crecimiento de la ciudad se haga de manera más diversificada y justa.
R.D.- En el escenario del debate arquitectónico reciente han tenido importante relevancia proyectos de arquitectura social en Iberoamérica. Pienso en el trabajo de Alejandro Aravena, Giancarlo Mazzanti, Alejandro Haiek o el proyecto de investigación de Urban Think Tank sobre la ocupación informal de la Torre David en Caracas. ¿Comparte los criterios desde los que este tipo de proyectos, realizados por arquitectos de una generación joven, se están llevando a cabo?
R.O.- Cada propuesta plantea un tipo distinto de planteamiento arquitectónico pero creo que las metas, al fin y al cabo, son las mismas. En cada proyecto pueden palparse aproximaciones más brasileñas, más colombianas… pero todas comparten el mismo objetivo. Fue la comunidad la que bautizó como ‘redondinhos’ a los edificios de Heliópolis. En el lugar se ofrece un aparcamiento para los vehículos de las familias residentes, pero los coches no entran en la zona de las viviendas porque ése es un terreno que pertenece a los niños. La zona exterior de la comunidad es un gran parque –jardín exclusivamente para ellos. Esto da lugar a un clima muy interesante, democrático.
Creo que esto mismo sucede con la mayor parte de proyectos sociales que se están proponiendo en este momento, en los que la mejora de la vida de la comunidad siempre está presente.
R.D.- Su obra abarca una importante diversidad de proyectos, privados y públicos. Es patente la relación de cada una de ellos con las corrientes arquitectónicas de su momento, pero también la presencia de toda una serie de constantes personales: el color, la fluidez y dinamismo en las formas, una búsqueda de vínculos poéticos entre materia construida y naturaleza, un tratamiento que enfatiza las cualidades sensibles de cada material… Incluso en sus proyectos más contenidos estos rasgos están presentes. ¿Afronta cada nuevo proyecto como una invitación a adentrarse en nuevas sendas para seguir indagando en estos rasgos de expresión?
R.O.- Lo que esencialmente quiero es hacer una arquitectura capaz de reunir personas, que genere convivencia. Cada persona posee su propia vida, su propio pensamiento. El espacio democrático se superpone a estas diferentes especificidades para generar un entendimiento que permita a la cultura avanzar. Eso es lo que, en el fondo, hace la ciudad. Dentro de la ciudad, me atraen particularmente espacios como los teatros, los centros culturales, las plazas y parques públicos… Propuestas que reflejen su tiempo, lo contemporáneo. Forma, color, material y tecnología forman un conjunto importante y dinámico que siempre ha de ser contemporáneo.
R.D.- Su trayectoria vital y profesional es dilatada. ¿Qué transformaciones cree que ha experimentado la arquitectura a lo largo de estas casi cinco décadas en que ha estado dedicado a ella? ¿Han cambiado las prioridades, las cuestiones sustanciales de la arquitectura?
R.O.- El cambio fundamental ha sido el que ha supuesto la globalización. A mi entender, la globalización debe proponerse en sentido ascendente: de abajo hacia arriba, no solamente de arriba hacia abajo. Trabajar de abajo hacia arriba es el camino más directo hacia una verdadera democracia. Trabajando así se respetará la cultura de cada pueblo. Creo que si se establecen ciertas líneas y concordancias entre los países, es posible dar lugar a una confraternización universal.
R.D.- Usted mismo es un ejemplo de ello. Una síntesis armónica de identidades. Su familia es de origen japonés y usted nació y creció en Brasil. Su arquitectura posee la exuberancia característica de la arquitectura brasileña y asimismo, observando con atención, creo que pueden detectarse rasgos bajo los que vibra la sensibilidad japonesa.
R.O.- He viajado a Japón para conocer de cerca su arquitectura y he visitado también los estudios de muchos de sus arquitectos. En Tokio hice la Embajada de Brasil (1982). Quisiera seguir profundizando aún más en el conocimiento de Japón. Pero también de España. Me interesa mucho la obra de Antoni Gaudí, la arquitectura renacentista… Me fascina la Alhambra, que veo como un ejemplo de arquitectura árabe levantada dentro de la cultura española. Tengo mucho interés también en la obra de Calatrava en Valencia.
R.D.- ¿Qué aspectos valora en concreto de la arquitectura de Calatrava?
R.O.- Su libertad creativa.
R.D.- Otros arquitectos que le interesan son Zaha Hadid, Frank Gehry, Thom Mayne, Richard Rogers… ¿Aprecia también en sus respectivos trabajos un predominio de la libertad creativa sobre cualquier otro factor?
R.O.- Frank Gehry y Zaha Hadid son arquitectos que inician sus ideas de proyecto a partir de la forma y proceden después a un ajuste. Ajustan la estructura a la forma originalmente concebida. Es un proceso distinto al que es convencionalmente propio del arte arquitectónico. Esto lo hace más interesante, y también más difícil.
Hadid y Gehry son para mí los dos ejemplos más destacados dentro de esta línea de concepción de la arquitectura. Indudablemente también Oscar Niemeyer, que trabajó con una enorme libertad las formas geométricas puras como demuestran sus obras en Brasilia y tantas otras como, por ejemplo el Centro Cultural de Avilés.
R.D.- Retornaríamos aquí a ese punto sobre la necesidad de que la que la arquitectura esté dotada principalmente de una dimensión estética, que aporte valores de belleza, de innovación.
R.O.- Sí, pero siempre recordando que esto esté al servicio de la actividad humana. Un buen paradigma de ello sería Gaudí, que trabajó desde una plena libertad pero supo crear un adecuado espacio de habitación en la Casa Milà. Por eso quizá también la Sagrada Familia era una edificación bellísima mientras era Gaudí quien estaba construyéndola.
R.D.- Enérgicamente dedicado a la arquitectura, ¿en qué proyecto está centrado en este momento?
R.O.- Estoy trabajando en un centro cultural para una localidad cercana a São Paulo. Uno de sus espacios principales será un teatro. Contará con varias zonas de convivencia para población infantil, adolescentes y adultos y varias ‘oficinas de creatividad’, como nosotros las llamamos: áreas para pintar, dibujar y trabajos de artesanía, expresión corporal y danza… Terminé de diseñar la parte principal hace sólo un par de días. En dos o tres meses tendré listos los dibujos de ejecución.
R.D.- Viendo su trayectoria parece evidente que para usted la arquitectura es una forma de comprender el mundo, la realidad.
R.O.- Sin duda. Cuando Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso buscaron un refugio, una morada. Desde los tiempos primitivos, el hombre ha construido casas y recintos de todo tipo en las que fueran acogidas sus actividades y pudiera desarrollarlas. La cultura de todo pueblo está absolutamente vinculada a la arquitectura.