Desde que se cumplió el centenario del Jardín Botánico Nacional de Kirstenbosch en Sudáfrica, la conquista de los árboles ya no es solo algo propio de Tarzán. Gracias al puente colgante diseñado por Mark Thomas Architects en colaboración con los ingenieros Henry Fagan and Partners y el cineasta y arquitecto Chris Biset, cualquier visitante a este espacio protegido puede sentirse como el famoso personaje de Edgar Rice Burroughs y disfrutar de vistas solo al alcance de los pájaros.
Para el proyecto, que debía ser no invasivo con el medioambiente, se ideó una estructura zigzagueante que se entrelaza con los árboles como si de una serpiente se tratase. De hecho, es llamado Boomslang, o lo que es lo mismo, “serpiente del árbol”. El camino, que se eleva desde el suelo hasta una altura máxima de 12 metros, se realizó en acero ligero pintado y madera.
El objetivo era conseguir insertar el proyecto causando los menores daños posibles a la flora y fauna del lugar. Incluso, para una mejor comprensión del entorno se hizo un estudio de toda la vegetación que puede observarse mientras uno va caminando por la pasarela, y se instalaron tableros educativos a lo largo del recorrido. La obra, que se comenzó en 2013 y se inauguró a finales de 2014, le da una nueva dimensión a un jardín botánico cuya visita ya es en sí misma toda una experiencia.