Louis Vuitton. 5ª Avd, Nueva York.
“La moda no es un arte, pero para dedicarse a ella hay que ser un artista”. Así hablaba el francés Yves Saint-Laurent, uno de los primeros modistos en utilizar sus prendas para interactuar con disciplinas como la pintura. Recordemos, en este sentido, sus vestidos Mondrian en los años 60. Más cerca de nosotros, Marc Jacobs, director creativo de Louis Vuitton, ha llevado el maridaje moda-arte a una relación más profunda y atrevida. El diseñador neoyorquino ya invitó a un creador “externo a la firma” a repensar una colección completa. En 2001 encargó a Stephen Sprouse que imprimiera su peculiar estilo gráfico a toda una línea de complementos. Luego sería el japonés Takashi Murakami el que transformó el famoso anagrama LV con referencias al anime, al manga y a la cultura tradicional japonésa. Recientemente, el último coup de coeur de Jacobs ha sido para la pintora, performer y escultora Yayoi Kusama.
Todo empezó el año pasado con el patrocinio de la retrospectiva de Yayoi en la Tate Gallery de Londres. De ahí surgió, primero, el diseño de una serie de prendas y accesorios y después, las concept stores que llevan el mundo inquietante y pop de Kusama a los espacios comerciales. En los escaparates y en los interiores, los tentáculos llenos de lunares se codean con figuras a tamaño natural de la artista. Su peluca roja y sus vestidos de corte geométrico se reflejan una y otra vez en diferentes puntos del planeta. Nueva York, Londres, París, Tokio, Singapur y Hong Kong albergan durante los próximos meses varias pop up stores en los que el universo curvo y delirante de Yayoi se fusiona con el lujo de la marca francesa. El resultado es una explosión personal que desplaza de los escaparates y las góndolas las colecciones de temporada.
Sorprende ver cómo Kusama, una mujer de 83 años que vive y trabaja desde un hospital psiquiátrico en Japón, ha conseguido este reconocimiento planetario. Las últimas retrospectivas programadas en el Reina Sofía de Madrid o en la Tate Gallery londinense han contribuido a ello, aunque indudablemente la potente maquinaria promocional de Louis Vuitton la ha empujado definitivamente hacia el mainstream de élite. Y detrás de todo esto se encuentra el olfato de Marc Jacobs que ha sabido incorporar a las clásicas formas de bolsos y complementos el discurso intenso de una creadora al margen de modas y corrientes.
Enlaces: Louis Vuitton – Yayoi Kusama