Colegios, institutos, facultades. Si como afirman algunos pedagogos, la propia estructura de los centros de estudio repercute en la voluntad de aprendizaje de los alumnos, he aquí cinco propuestas, cuya arquitectura quiere ser un estímulo potente para la formación de los estudiantes.
Lasalle College of the Arts. Singapur. RSP Architects
Inaugurada hace apenas un año, esta facultad situada en Singapur es un buen ejemplo de la arquitectura innovadora que practican sus autores, RSP Architects. Un colectivo que empezó con una pequeña oficina en 1956 y que desde entonces no ha dejado de crecer hasta convertirse en uno de los estudios más reputados en Asia. Con delegaciones en Malasia, India, Dubai y Londres y una plantilla de 500 empleados, RSP Architects están relacionados con proyectos tan potentes como las Torres Petronas de Kuala Lumpur.
Para concebir esta escuela donde se imparten asignaturas como vídeo, cinematografía o bellas artes, los arquitectos partieron de un patio central en torno al cual han levantado seis edificios. Seis moles de granito y vidrio, unidas por pasarelas, que de algún modo recuerdan a Daniel Libeskind o a los austriacos Coop Himmelblau, es decir, innovación, deconstructivismo y formas irregulares. Según el propio estudio, un centro para creadores, que busca potenciar justamente el talento de sus alumnos, necesita un edificio que en sí mismo sea un ejercicio de creatividad. Por supuesto, no faltan teatros, galerías, locales de conciertos, salas de proyección, espacios para performances, etc.
Desde hace unos años, Singapur se ha ido transformando en una de las ciudades más emocionantes y modernas del continente asiático. Y esta universidad refleja ese ambiente. Como dato final, añadir que además de recibir numerosos premios, su maqueta levantó expectación cuando se hizo pública en la Bienal de Arquitectura de Venecia en 2004.
www.lasalle.edu.sg – www.rsp.com.sgç
Instituto Orestad Gymnsasium. Copenhague. 3XN
El punto de partida de este instituto danés fue la creación de espacios diáfanos como reflejo de una manera más abierta y dinámica de plantear la formación de los alumnos. Por eso, y más allá de que todos dispongan de ventajas como un portátil propio o amplias zonas wifi, el punto fuerte del Orestad se encuentra en su arquitectura: pensada para favorecer un aprendizaje menos compartimentado y más interdisciplinar y, por supuesto, pensada para fomentar la comunicación y las sinergias entre los estudiantes.
Este instituto es prácticamente un inmenso cubo en cuyo interior dominan las formas curvas o circulares: escaleras, áreas de descanso, zonas de estudio, claraboyas. Una nave cuadrada donde las estrategias minimalistas se han reconducido para darle al conjunto un punto orgánico muy funcional.
Cada planta representa un nivel educativo, y estructuralmente todo gira alrededor de una escalera que une los diferentes niveles y que funciona como lugar de encuentro de los estudiantes.
La sensación de amplitud y libertad queda remarcada por unos lucernarios y unos ventanales que rentabilizan la iluminación natural y que, junto a los colores, potencian el carácter vitalista del Orestad. Los cristales exteriores, además, giran según la intensidad del sol. No ha de extrañar la gran presencia de la luz en este centro danés si, como afirman sus creadores, en ningún momento del proyecto abandonaron la idea de la luz como fuente de conocimiento.
Academic Biomedical Cluster. Utrecht (Países Bajos). Erick van Egeraat
El cristal se ha convertido en referencia fundamental para Erick van Egeraat, un arquitecto holandés preocupado, según afirma en su página web, por lograr edificios sensuales e intuitivos. Vidrio, luz natural y espacios diáfanos son los elementos que ponen en marcha su maquinaria creativa.
Construida hace tres años dentro del campus universitario y cerca del hospital de Utrecht, esta facultad de medicina se organiza en torno a tres grandes conos de vidrio abiertos en el techo: tres columnas vertebrales transparentes que permiten que la luz natural llegue a todas las partes del edificio. Relacionados con cada uno de estos conos encontramos los tres espacios de la facultad: restaurante, aulas y zonas de estudio. Pero dichos conos no sólo son un acierto arquitectónico por el aporte lumínico, también lo son por propiciar la ventilación del interior. Egeraat ha conseguido un microclima constante de entre 18º y 22º gracias a unos sensores que regulan las vías de ventilación y la entrada de luz solar, lo que repercute en un consumo mucho más bajo de calefacción y aire acondicionado. Sin olvidar, por supuesto, la buena calidad del aire, bajo en niveles de CO2.
Funcionalidad y estética, por tanto, en un edificio que sigue criterios de compromiso medioambiental y que en todo momento mantiene un interiorismo atrevido, como se observa, por ejemplo, en la selección del color de paredes o suelos o en la lámpara de araña que preside el restaurante.
Parvulario Primetime. Sao Paulo (Brasil). Marcio Kogan
El punto de partida de este parvulario lo estableció la psicóloga Christine Bruder, que buscaba desarrollar nuevas vías educativas a la hora de formar a niños de entre cero y tres años. Vías educativas apoyadas en estímulos continuos sobre los alumnos. Para dar salida a sus planes, Bruder necesitaba un espacio con una arquitectura y un interiorismo atractivo y sugerente. Y es ahí donde entra en acción el estudio del brasileño Marcio Kogan.
Primetime, así se llama el centro, es un conjunto de volúmenes, donde el hormigón, el cristal y el policarbonato se combinan para conseguir una mole moderna y visualmente impactante. Un conjunto definido por su aire contemporáneo pero, sobre todo, por su fuerte presencia cromática. De hecho, el color es uno de los pilares del colegio. Por otro lado, para animar la relación de los niños entre sí y con el propio edificio, además de los numerosos reclamos visuales o auditivos, las tres plantas se comunican por rampas (sin peldaños) y las paredes y suelos se han forrado de materiales que suavizan los golpes.
Primetime ha recibido varios premios y con él Marcio Kogan se reafirma como uno de los arquitectos más asentados de su generación. Kogan ha dado forma a un colegio cuya propia estructura ya es en sí misma un verdadero estímulo, justamente lo que busca la psicóloga Christine Bruder como plan educativo.
www.marciokogan.com.br
World Classroom. Richmmond (Reino Unido). Future Systems
“La calidad del ambiente, pero sobre todo la luz, el espacio, el color y el sonido son elementos que influyen en el interés y en la rapidez a la hora de aprender. Si un buen edificio fomenta la necesidad de aprendizaje del estudiante, en el caso de los colegios infantiles la arquitectura debe funcionar como un estímulo infalible para los niños. Y eso hemos querido conseguir con World Classroom”. Así habla Jan Kaplicky que, junto a Amanda Levete, constituye Future Systems, el estudio londinense autor de este parvulario.
Según Amanda Levete, World Classroom es un módulo industrializado, prefabricado, autónomo y diáfano, que facilita el trabajo en equipo y que está preparado para las nuevas tecnologías. La prensa especializada lo ha llegado a comparar con una pequeña nave espacial, y no ha de extrañar si tenemos en cuenta el currículum de Future Systems: siempre atraídos por proyectos avanzados que proponen nuevas vías en la arquitectura. Para entenderlo, sólo hay que ver el centro comercial Selfridges en Birmingham o la futura Biblioteca Nacional de Praga.
World Classroom se ha hecho con materiales sintéticos, lo que le da un aspecto totalmente futurista aunque humanizado por los dibujos de los propios alumnos en las paredes exteriores. Para fomentar aún más la creatividad de los menores, todo el perímetro interior es una pizarra y el techo se abre al exterior a través de claraboyas de colores. Un diseño audaz y naïf a un tiempo, que fue portada de numerosas revistas cuando se inauguró hace cuatro años y con el que Future Systems reafirma su rechazo al ángulo recto. Es posible otra forma de concebir los espacios para la enseñanza, y el tándem Kaplicky-Levete lo han demostrado con este trabajo. Por cierto, el porche funciona también como parte del parvulario los días soleados.