Como cada año, el festival MMMAD trae a la capital española una muestra de lo que está sucediendo en el panorama del arte digital. Y estas son las cinco propuestas de su programa que no te puedes perder.
El algoritmo: la temática del festival MMMAD
En esta quinta edición del festival MMMAD todo gira en torno a una de las principales dicotomías de nuestro tiempo: el uso del algoritmo y su concepción como algo ventajoso o, por el contrario, perverso. Como ocurre siempre con la introducción en la sociedad de nuevas herramientas tecnológicas, la opinión acerca de este elemento capaz de predecir qué clase de contenido queremos consumir está dividida. Por un lado, no solo es práctico y ahorra tiempo, sino que también entraña cierto sentido de aventura, llevando al usuario a lugares que nunca supo si quería visitar. Mientras que, por otro, está la certeza de que, para acertar en todo ello, el algoritmo debe conocer muy bien a la persona que lo usa y, a su vez, contar con multitud de sus datos.
Centrándose en esta temática, del 9 al 31 de mayo distintas entidades culturales presentarán exhibiciones, e incluso escaparates y marquesinas de autobús se convertirán en un escenario donde los viandantes se topen con obras que aborden numerosas cuestiones de actualidad sobre nuestra relación con las tecnologías. Te dejamos aquí una selección de cinco propuestas de MMMAD para indagar más en estos dilemas tan presentes en el trabajo y el ocio del día a día.
1. I’m feeling lucky / Voy a tener suerte
I’m feeling luckyse trata de una exposición colectiva cuyo eje central es el botón “voy a tener suerte” de Google: una función que se incluyó en sus inicios y que, aunque tiene un uso residual en la actualidad, fue considerada como un guiño simpático. Para emplearla, solo necesitas escribir en la barra del buscador lo que quieres encontrar y apretar este botón para ir directamente a la primera página de la búsqueda, sin pasar por la interfaz previa donde se indexan los principales resultados. Esto hacía que Google pareciera casi un oráculo, un adivino que sabía lo que querías, tal y como ocurre hoy con los algoritmos de las redes sociales y los motores de búsqueda.
La muestra se compone de creaciones de Lauren Lee McCarthy, Mayte Gómez, Molly Soda y Sara Bezovsek, y en ellas podemos ver ideas como la concepción de internet como un universo utópico —y con cierto deje de ironía— o la sensación de voyeurismo que produce observar lo que comparten los demás a través de la pantalla. Podrá visitarse en el centro de talleres visuales Nadie Nunca Nada No bajo cita previa para visita guiada. Los horarios están aún pendientes de determinar.
2. Memoria externa
Memoria externa explora cómo las nociones de memoria y de recuerdo —centrales en el desarrollo de las actividades humanas desde el comienzo de los tiempos— han mutado con el avance de las tecnologías de la información y la comunicación. Y es que ahora contamos con una memoria mucho más colectiva y universal que abarca cualquier punto del globo; incluidos lugares en los que nunca hemos estado ni estaremos, experiencias de desconocidos y emociones que nunca tendremos de primera mano. Asimismo, la exhibición también abarca la necesidad de registrar nuestro modo de vivir. Si no hay foto de algo, ¿no es acaso como si no hubiera ocurrido? Esto altera nuestros recuerdos y plantea preguntas sobre su autenticidad, el papel de la privacidad en ellos y la sobreexposición continua a información que puede transformarse, potencialmente, en una rememoración.
Partiendo de una escena de intimidad entre dos hombres que contemplan el cielo, tumbados sobre el capó de un coche, a una recreación de una urbe en ruinas, como las que vemos en las imágenes de distintas guerras. Las piezas de Food of War & Chérine Yazbeck, Rayane Jemaa, Sara Sadik, Tabita Rezaire, Vica Pacheco y Young-Hae Chang Heavy Industries invitan a reflexionar sobre todo ello desde Hyper House: un espacio de Carabanchel dedicado al arte digital, al que habrá que acudir a las visitas guiadas con fecha aún por determinar.
3. Proyección Nina Muro en la Plaza de Callao
Cada año, el festival elige la obra de un artista para basar en ella la estética del encuentro. Esta vez la elegida es Nina Muro, artista madrileña residente en Berlín. Sus trabajos se proyectarán en la gran pantalla exterior del Cine Capitol de Callao —altavoz habitual del festival MMMAD—, estando todos ellos basados en la dualidad mencionado sobre la peligrosidad y la vena aventurera de los algoritmos.
De esa manera, Muro ha creado unas composiciones que recuerdan a mapas mentales, y que son la representación de los caminos que toma un algoritmo para llegar de una búsqueda a otra, mostrando tus deseos y necesidades. Mediante flechas quedan unidas imágenes tan dispares como planetas, fórmulas matemáticas, flores y unos pequeños personajes tridimensionales; criaturitas que podrían haber sido sacadas de una película de ciencia ficción y que siguen esa estética naíf presente en el panorama digital y en la nueva figuración.
4. Open Studios MMMAD
La iniciativa Open Studios se estrena en esta edición, gracias a ella se permite visitar el espacio de trabajo de distintos artistas en Carabanchel, zona a la que se trasladan cada vez más creadores y galerías. Durante el domingo 12 de mayo podrán descubrirse los estudios de Mit Borrás, Johanna Jaskowska o Lola Zoido, entre otros.
Así se abre la puerta a una imagen del creador y de su labor que no es la habitual en el imaginario colectivo, ya que solemos asociar este término con el ejercicio de la pintura o la escultura más tradicionales. Además de poder imaginar cómo se han producido las piezas del festival, todo esto amplía las miras sobre el concepto de artista-arte, incluyendo una faceta digital que, a menudo, parece asociarse más a otras disciplinas como la ingeniería o el diseño.
5. La piedra de la locura
Lola Zoilo elaborará, en un taller junto a los alumnos de la escuela TAI, la obra colectiva La piedra de la locura, que podrá contemplarse, del 9 al 31 de mayo, en el escaparate de la Calle de Recoletos 22. Este trabajo está vinculado a la antigua creencia de que los problemas mentales eran originados por pequeñas rocas que crecían en el interior del cerebro y que confundían al enfermo y que podían ser extraídas mediante cirugía.
Esta superstición fue retratada por El Bosco en un lienzo que podemos contemplar en el Museo Del Prado, aunque también ha sido usada como metáfora por escritores como Alejandra Pizarnik o Benjamín Labatut; este último la utilizó para hablar de cómo las tecnologías alteran nuestra realidad y nos llevan a un extremo en el que no sabemos qué creer y qué no. Lo que Zoilo y los alumnos plantean aquí se basa en una intervención cuyos objetos permiten acceder a toda esa información confusa, a esas piedras que no necesariamente hay que extraer, sino tallar, pulir y mejorar para que nos ofrezcan lo que queremos hallar.
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Del 9 al 31 de mayo de 2024.