El equipo holandés Studioninedots plasma en Villa Fifty-Fifty una casa transparente que puede leerse como un homenaje a la modernidad. Una afirmación de cómo la dimensión más clásica de su lenguaje puede acompasarse a las necesidades funcionales y conceptuales de la vida doméstica del siglo XXI.

Una casa transparente sin fronteras
El enorme énfasis otorgado a la transparencia remite, por supuesto, a edificios clave en la historia de la arquitectura: desde el Pabellón de Barcelona de Mies van der Rohe a la Glass House de Philip Johnson, pasando por las Case Study Houses. El proyecto de Studioninedots refleja la plena interiorización de la idea de la transparencia en los criterios contemporáneos sobre lo doméstico, quizás como una forma de traducir a nuestro entorno físico la sensación de ausencia de fronteras del mundo digital e hiperconectado en el que también habitamos.

La fluidez con que hoy no es probable interactuar en el macrocosmos global incide sobre el modo en que interactuamos dentro del microcosmos doméstico. El hecho de generar una casa transparente, donde las posibilidades de intervención se maximicen, ha sido uno de los objetivos de esta construcción, elaborada para una familia que anteriormente había requerido los servicios arquitectónicos de Studioninedots para el diseño de un loft.

Al recibir este nuevo encargo sobre realizar para ellos una residencia que permitiera un contacto más directo con la naturaleza y llevar un estilo de vida más sencillo e inclinado a lo minimalista, este estudio respondió ofreciendo un concepto no marcado por ningún tipo de jerarquía. Todas las competencias y usos que esta vivienda alberga, sean en su interior o en su exterior, tienen la misma importancia.

Villa Fifty-Fifty: una casa-pabellón
Cada una de las funciones se ha situado en un volumen concreto y los diferentes volúmenes independientes—con su propia atmósfera y en un material específico—se distribuyen en el terreno con cierta aleatoriedad, a la manera en que lo harían las piezas sobre un tablero de ajedrez. Las losas de hormigón se reúnen e integran provocando una impresión de horizontalidad interrumpida en la sección central, donde se eleva una pequeña torre como un cuerpo totalmente cerrado.

Se crea así una casa-pabellón que se extiende a lo largo del jardín y que— a merced de esa transparencia de los volúmenes inferiores que difuminan los límites entre espacio interior y exterior— lo convierte también en parte del hogar. De ahí la razón de ser del nombre de la villa: vivienda en un 50% y jardín en el otro 50%.

La materialidad y el detalle de Studioninedots
Además de indagar en el establecimiento de ambientes para la interacción humana, que puedan afectar de modo positivo sobre el comportamiento, explorar las cualidades táctiles de los materiales es otra de las premisas constantes desde la que Studioninedots plantea su arquitectura. El uso de componentes industriales en esta casa transparente, cohesionados a través de una paleta cromática de grises y diversas texturas, contribuyen a esa voluntad de diluir la división entre interior y exterior.

Igualmente, estancias como el cuarto de baño principal, dormitorios y oficina, se distinguen por el protagonismo de materiales poco habituales que se han aplicado en ellos. Por ejemplo, los azulejos vidriados del cuarto de baño que adornan las paredes del dormitorio y la oficina.

Un detalle sutil, pero que deja clara esta atención a las cualidades táctiles y visuales de los componentes, así como la existencia de un hilo que liga esta propuesta de comienzos del siglo XXI y el espíritu de la modernidad clásica del siglo XX. Un casa transparente que pone de manifiesto, en gestos como las pequeñas perforaciones del revestimiento de la torre, la alusión a las antiguas fábricas de televisores Philips que se encontraban en la zona donde actualmente se encuentra esta residencia.