Vane Kindergarten es la nueva escuela proyectada por David Kraus Architektura en Říčany, una región checa que ha decidido apostar por una arquitectura centrada en la experiencia propia de la infancia.
La premisa que determina Vane Kindergarten: la infancia como fenómeno
“La verdadera patria del hombre es la infancia”, afirmó el poeta Rilke. Ese es el momento en el que realmente el hombre configurará lo que será más adelante. Una geografía plagada de nociones que nacen por primera vez a sus ojos; recuerdos que condicionan toda una vida. La familia, el juego, las experiencias y relaciones con el exterior… todo acontece en la mirada de un niño como un mapa que se despliega como ruta de guía existencial. Y en ese plano ilustrado los objetos y estancias que le dan forma y lo cualifican. ¿Cómo de determinante puede ser el buen diseño y la buena arquitectura durante la infancia?
Esta misma pregunta rondaba la cabeza de David Kraus, jefe del estudio Architektura, tras recibir el encargo de concebir una escuela preescolar como parte del nuevo desarrollo del área de Říčany, a las afueras de Praga. La respuesta inmediatamente le condujo a una evidencia: hay un diseño normativo que surge de las exigencias del sistema al que las personas acaban perteneciendo de una u otra manera. Pero ¿y si existiese una alternativa?, ¿y si el fenómeno de la infancia mereciera una atención distinta?
El resultado de la forma y el color de David Kraus Architektura
Un conjunto de bloques con intensos cromatismos —que nacen de una estructura blanca central— dan vida a la apuesta de Architektura. Una concepción que remite a un planteamiento pedagógico diferencial. Y en su silueta parece contener toda esa espontaneidad arrolladora de un niño, si es que esta se puede “contener” realmente. Su atípica apariencia da fe de un entorno de espíritu alternativo, donde la experiencia es el núcleo morfológico de todo. Indudablemente lúdica, la propia fachada que da a la calle recuerda a una nave espacial que invita a una atmósfera de infinitas posibilidades, donde todo está por hacer. Un lugar para la expansión creativa.
Con una orientación especial hacia los deportes —al movimiento iniciático en sí— y una capacidad para 112 alumnos, Vane Kindergarten es un jardín de infancia que cuenta con una guardería, un gimnasio —a la espera de su construcción— y un parque. Los volúmenes comprenden una serie de interiores diáfanos, bañados por luz natural, que albergan madera y color y una variedad de ambientes irregulares para jugar. Estancias triangulares que asemejan tipis indios, hechos a base de uniones como ramas de un gran árbol. El atrio de entrada es importante: una gran telaraña accesible desde todas las clases, que reafirma el concepto arquitectónico de esta escuela basado en el juego y el movimiento. La infraestructura técnica está parcialmente visible para contribuir a la naturalidad y dejar ver a los niños donde fluye el agua o la electricidad.
Para la elaboración del proyecto, Architektura contó con la generosidad de la ciudad de Říčany. Numerosas entrevistas previas con profesores, representantes de los clubes deportivos y administradores públicos constituyeron este peculiar edificio. Pero, una vez más, el factor más significativo fueron los niños. Su dinamismo, su visión, su permeabilidad, su curiosidad, su ligereza, se trasladan a las paredes, suelos y techos de Vane Kindergarten. Si uno echa la mirada atrás, no puede sino confirmar que aquel niño que fue, en el fondo todavía sigue siendo. Un niño es patria porque es un origen lleno de imágenes subconscientes que crean. ¿Cómo no preocuparse de dar la mejor forma posible a los espacios particulares de la propia idiosincrasia?
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En Říčany, República Checa.