El festival TAC! ha elegido Vigo como una de sus sedes para este año. La lluvia, la herencia industrial, una topografía pronunciada y el peso paisajístico de la ría impactan en la calidad del espacio público y, con ello, en el día a día de los ciudadanos. La Puerta do Sol —el emplazamiento escogido— acogerá Qué faena(r), la propuesta ganadora diseñada por los arquitectos Óscar Cruz y Pablo Paradinas. Una batea que aterriza en mitad del casco para vincularnos con el pasado sin caer en la nostalgia, para adueñarse de la plaza sin parecer un extraño, para impactar en la ciudad, pero durante un corto periodo de tiempo.
Una batea madrileña en el casco histórico de Vigo
Desde el aeropuerto, la ría te recibe en la bajada hasta el centro de Vigo, y en cuanto se afina un poco la vista, las bateas aparecen flotando en pequeños grupos. Son balsas de madera con flotadores de acero y contrapesos de hormigón y granito. Parecen estructuras construidas con sobrantes o partes recicladas de un uso industrial, pero se trata de una actividad con casi un siglo de antigüedad, una eternidad en términos tecnológicos.
El crecimiento urbano de Vigo ha sido complejo debido a la costa, a la topografía y a esos años errantes de desarrollismo que sufrieron todas las provincias de España. Fruto de ello es el emplazamiento que el festival TAC! de Arquitectura Urbana eligió para el concurso. La Puerta do Sol es un lugar público reformado en varias ocasiones, rodeado de edificios singulares y enfocado a albergar una dosis alta de actividades y eventos; sin embargo, en los ratos muertos no ofrece ni sombra ni zona de asiento para los ciudadanos.
En este contexto aparecen Óscar Cruz y Pablo Paradinas, dos arquitectos jóvenes madrileños que han rendido homenaje a la ciudad gallega con una de sus tradiciones más queridas. Una conexión Madrid Vigo exitosa, como las canciones de C. Tangana. Su propuesta ganadora, Qué Faena(r), busca recuperar dicha plaza colocando un elemento llamativo y reconocible. Por eso han apostado por una batea: una arquitectura que sirve de catalizador como punto de reunión y que se eleva unos metros sobre el suelo, haciendo que la plaza quede hundida en un mar imaginario. Las redes y los aparejos le dan el carácter monumental que necesitan este tipo de piezas. La batea domina por completo la plaza.
La intervención del Festival TAC! en Puerta do Sol
El proyecto pretende en todo momento impactar sin parecer un extraño; impresionar sin afectar al uso; introducir en la Puerta do Sol un artefacto de fuera del casco urbano que sea identificable por todos los habitantes o proponer todo desde Madrid, pero sirviéndose de una red de artesanos y de oficios vinculados al territorio. Frente a otras iniciativas finalistas, Qué Faena(r) no hacía énfasis en los problemas urbanos: la batea aterriza sin atender casi a las circulaciones, a la sombra o a las posibilidades de asiento y de reunión. Llegaba a parecer otro evento de la ambiciosa agenda de espectáculos del alcalde. La plaza transformada en una rotonda.
Aun así, resulta difícil resistirse a los encantos del objeto. El color y la textura de las redes —tejidas a mano por la asociación de Redeiras Atalaia—, la fuerza de la sal del mar sobre la madera reciclada o el juego de mástiles y tirantes de varias decenas de metros de altura convierten la Puerta do Sol en un espacio protagonista hasta el final de la fiesta. Luego habrá que aprender de nuestros aciertos.
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Es un festival de arquitectura urbana que desde 2022 promueve la innovación y la experimentación en espacios públicos de diferentes ciudades candidatas.
La edición de 2024 cuenta con dos sedes, del 13 de junio al 14 de julio en Vigo y del 23 de septiembre al 14 de octubre en San Fernando (Cádiz).