Situada en Hiroshima (Japón), el estudio UID Architects ha construido una casa cuya urdimbre de madera genera la forma de una telaraña. La han llamado Su-Pider House y en ella se desvela con presencia el misterio del engawa.
La engawa: una frontera entre interior y exterior
Según la literatura japonesa, existe un lugar que no es un lugar sino un amortiguador que media entre espacios. Se trata del iris de la arquitectura: una membrana conceptual que separa un habitáculo de otro, el punto intermedio por antonomasia. Lo llaman engawa y nadie sabe a ciencia cierta dónde hallarlo o dónde se puede presentar.
Búsquenlo—si les interesa el asunto— entre el interior y el exterior de un edificio, en la luz que filtran los umbrales y los paneles correderos, en galerías emparradas o en el porche previo a un jardín de piedras. Quizá lo descubran. Hay algo de esta idea en la casa que paso a describirles. Su planta carece de jerarquía, no tiene un comienzo ni un final. Muestra un movimiento libre al encuentro de algo que andamos buscando, sin saber qué es con exactitud.
Una telaraña de madera como casa japonesa
Detengámonos un momento para darnos cuenta de la retórica de los arquitectos al bautizar a la construcción como Su-pider House. La estructura —firmada por UID Architects— recuerda sin vacilaciones al hilado geométrico de una tela de araña, con la salvedad de que esta no reposa oculta entre las ramas de los árboles, sino sobre un perímetro centrípeto al que se le practica una escisión que facilita el paso de la luz; una escisión hecha, de tal manera, que la iluminación natural llega hasta el fondo.
Esto permite una vivienda profunda, no oscura, que actúa como una liberación del orden tradicional: un ambiente suele hacerse más apagado según nos adentramos en él. No es el caso. Continuemos. A su perímetro se le adosan cuatro volúmenes tallados en madera que parecieran los pequeños insectos que caen en la trampa del arácnido.
Cada uno de ellos responde a requerimientos diferentes y son independientes unos de otros: la cocina, los dormitorios, la sala de estar y un baño. Todos ellos constituyen una suerte de comunidad de distintos paisajes domésticos y, entre ellos, —en el área que une las cuatro cápsulas y bajo la telaraña donde anidan— queda la casa: el engawa.
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Se encuentra en Hiroshima, Japón.
Engawa es un espacio intermedio de las viviendas tradicionales japonesas. Normalmente es considerado un lugar de transición entre el interior y el exterior que sirve de entrada y de conexión con el resto de las estancias de una vivienda.