Aislados a menudo en enclaves naturales de climatología extrema, los proyectos de Todd Saunders están dotados de un particular carisma en el que la esencialidad alcanza la pureza. Experimentando con técnicas constructivas contemporáneas y métodos de tradición artesanal, el arquitecto persigue una belleza honesta que debe estar tanto en el exterior como en el interior de sus edificios..
“Hay que mantener abierta la curiosidad hacia todo. Esa es la clave”. Así define Todd Saunders la energía que bulle tras su actividad. Esa inquietud le permite entablar un vínculo con los sitios donde va a construir y, de este modo, captar la identidad que hay que respetar. Heredada de su padre y su abuelo, la curiosidad le empujó a viajar de París a China en autostop cuando tenía 24 años, y hoy sigue alentándole a cuestionarse todo para seguir mejorando.
La arquitectura de Saunders es singularmente intensa. Habitualmente ubicadas en un corazón remoto de la naturaleza, sus obras se erigen como presencias poderosas, sólidas y bellas, pero carentes de cualquier exuberancia vanidosa. Son una marca humana en el paisaje cuya osadía no se percibe como mero capricho del arquitecto, sino como genuina voluntad de existir. Ocupar su justo lugar y ofrecer, ante todo, un buen refugio donde cobijar las acciones del hombre. La persona es, de hecho, el eje en torno al cual gira todo el proceso de diseño de sus propuestas.
Respecto a los materiales, tiene preferencia por la madera, un elemento que Saunders considera plenamente afín a su manera de pensar y trabajar: le facilita experimentar con la creación formal, introducir cambios posteriores y extraer la integridad de sus cualidades estéticas y expresivas.
ROOM Diseño.- Empecemos por el principio. ¿Qué te llevó a ser arquitecto?
Todd Saunders.- Me crie en una zona de Canadá en la que no había arquitectos, y creo que no supe bien lo que significaba la palabra “arquitectura” hasta los 15 años más o menos, aunque siempre me gustó dibujar y poner edificios en mis bosquejos. Incluso levanté una pequeña cabaña con mi padre. Iba a un colegio que no ofrecía formación en arte, así que me orientaron para que estudiase matemáticas y química en la universidad, pero pronto me di cuenta de que no era lo mío. Seguía insistiendo en dibujar, por eso me pasé a la escuela de artes, y ahí comprendí que eso era a lo que realmente quería dedicarme. Comencé urbanismo, y en los veranos ayudaba en un despacho de arquitectos, lo que me llevó a formarme en esa disciplina.
ROOM Diseño.- En este camino se entrecruzan arte y arquitectura, lo que de algún modo parece anticipar rasgos característicos de algunos de tus proyectos, que son parte de instalaciones artísticas o se convierten en residencias temporales para creadores.
Todd Saunders.- Tengo muchos puntos de afinidad con los artistas, y ellos entienden también muy bien lo que hago. Me gusta la manera en que piensan a lo grande y cómo pueden pasar de la gran escala a la pequeña. Me interesa cómo desafían a la sociedad, cómo hacen las cosas con audacia y sin miedo. En ese sentido, creo que planteo la arquitectura desde la misma dirección en la que opera el arte.
ROOM Diseño.- ¿Es, pues, el empuje de la creación artística lo que sientes como afín a tu forma de hacer arquitectura?
Todd Saunders.- Así es. Y si he de señalar un referente, podría nombrar a Richard Serra, que en sus esculturas siempre escribe un repertorio de verbos de acción. Porque cuando se actúa sobre algo, se está practicando algún cambio. Es un tipo de ejercicio similar al que llevamos a cabo en nuestro estudio; pensamos qué queremos cambiar y recogemos por escrito cuatro o cinco verbos de acción.
ROOM Diseño.- ¿Poner atención a una palabra escrita y adentrarse en su significado puede ampliar el territorio conceptual de una propuesta?
Todd Saunders.- Quizá podría responder a eso distinguiendo entre dos clases de palabras. Por un lado, sustantivos y verbos; y por otro, pronombres personales. La arquitectura se explica con demasiada frecuencia como sustantivo. Sin embargo, aparece una diferencia muy clara si la defines como verbo, es decir, qué hace el edificio, qué acción realiza. Respecto a los pronombres personales, los arquitectos egocéntricos prestan esencialmente atención al “yo”, aunque haya un “tú” (el cliente). Pero si hay un “nosotros” en el proceso de diseño, entonces estamos hablando de decisiones tomadas colectivamente. Como arquitecto, hago que mi “yo” dé un paso atrás para que el protagonista sea un “nosotros”. Y lo vemos en apuestas colectivas como Fogo Island.
Fogo Island. Del yo al nosotros
“Más que como ‘flexibles’, los apartamentos para artistas de Fogo Island se puedeN describir como ‘instigadores de cambios’, ‘hacedores de posibilidades’”.
Todd Saunders
Un aspecto interesante sobre los estudios para artistas en Fogo Island es que se trata de residencias temporales: un ejercicio que exige una reflexión diferente a la de plantear un espacio doméstico para un habitante estable, permanente. Este tipo de desafío requiere dejar abiertas la mayor cantidad de posibilidades. Se debe generar un hábitat flexible, adaptable, que inmediatamente pueda ser abrazado como propio. “Más que como flexible” —nos dice el arquitecto—, “Fogo Island se puede describir como ‘instigador de cambios’, ‘hacedor de posibilidades’. Son construcciones optimistas, dispuestas a la versatilidad y dotadas de la suficiente seguridad en sí mismas como para albergar una personalidad individual concreta durante tres meses y luego otra, quizá totalmente distinta. Aquí el arquitecto deja de tener control”.
ROOM Diseño.- Sencillez y pureza son vocablos con frecuencia aplicados a tu obra. Personalmente, pienso que el término más correcto sería “pureza”. Esta puede ser más compleja, fuerte y radical que la sencillez, y esas son cualidades que te distinguen.
Todd Saunders.- Un tema que constantemente está en discusión tanto en mis clases como en mi estudio es la diferencia entre “qué quieres” y “qué necesitas”. Esto último es lo que pregunto siempre a mis clientes y lo que hace que cada proyecto vaya volviéndose más y más puro. Algo construido con todo lo que queremos sería terrible; pero no lo es si lo que tiene es lo que necesitamos. El objetivo es ir a ese meollo básico de qué es realmente imprescindible.
Firmeza, utilidad y belleza
La eliminación de lo superfluo hasta alcanzar esa esencialidad hace que en los trabajos de Saunders se revelen los tres principios vitruvianos: firmitas, utilitas y venustas. El exterior está definido por volúmenes vigorosos, de claro carácter geométrico, que transmiten una impresión de fortaleza por su condición formal y material; mientras que el interior es sereno e inmediatamente hospitalario. El primero entabla un diálogo directo con el paisaje natural que lo circunda, y el segundo busca procurar el mayor bienestar y protección al habitante o usuario.
Todd Saunders.- Me muevo en enclaves donde el clima es bastante extremo, por eso es necesaria esa robustez y esa misma resistencia que poseen las personas que van a escalar el Everest. Por otro lado, en Escandinavia, frente a la severidad del clima exterior, cualquier construcción ha de ofrecer protección y una temperatura cálida. Y debo destacar que colaboro con excelentes arquitectos de interiores escandinavos en muchas de mis propuestas.
“Tengo muchos puntos de afinidad con los artistas. Me interesa cómo desafían a la sociedad con audacia y sin miedo. En ese sentido, creo que planteo la arquitectura desde la misma dirección en la que opera el arte”.
Todd Saunders
ROOM Diseño.- El exterior aparece como una aportación al paisaje. Una aportación que es bella.
Todd Saunders.- No me asusta hablar de belleza en arquitectura. Soy consciente de sus expresiones visuales. Se trata de una sensibilidad que se tiene o no se tiene, por eso creo que algunos arquitectos se detienen en la dimensión utilitaria de lo que diseñan y descuidan la estética. Nosotros queremos cumplir con esa cuestión funcional, pero también elevarnos y operar en ese nivel de la belleza.
ROOM Diseño.- Pero tus obras no buscan erigirse con protagonismo, sino ser un cuerpo que se incorpora sin efectuar ningún tipo de distorsión.
Todd Saunders.- Están en un paraje duro, por eso son edificios con esta apariencia sólida. Pienso en esos marineros con la piel curtida por el tiempo que han pasado en el mar. Personas verdaderamente hermosas y que deben su belleza a eso. De algún modo, por su aspecto físico suponemos equivocadamente ciertas cosas respecto a su idiosincrasia. Mi casa, por ejemplo, es esa vivienda negra dentro del vecindario, pero cuando se entra en ella uno encuentra un lugar cálido y apacible. Digamos que me gusta desafiar esas expectativas que a veces la gente se forma, hacer ver que es posible conciliar dos opuestos.
ROOM Diseño.- En ese desafío a las expectativas quizá esté también esa dinámica que poseen tus fachadas. Cada una tiene su propia entidad. Como en una escultura exenta, es preciso recorrer la totalidad de su volumen para entender su forma e incluso su narrativa.
Todd Saunders.- Sí, hay que percibirlas desde todos sus lados. Es además un ejercicio de honestidad. Hay proyectos que únicamente tienen dos buenas fachadas y esas son las que se muestran, sin que estas concuerden verdaderamente con su realidad. En ese sentido, me gusta jugar con sorpresas visuales. Que en un lado se encuentren unos elementos y más allá aparezcan otros distintos, pero que todo encaje.
“La arquitectura consiste demasiadas veces en ejercer un control estricto, y creo que eso acaba perjudicándola. Hay que dejar ir a la propia arquitectura, sabiendo que será capaz de adaptarse a diferentes tipos de personas”.
Todd Saunders
ROOM Diseño.- Podría decirse que en esto subyace un enorme respeto por el entorno en el que se integran tus edificios. De hecho, la naturaleza no funciona monolíticamente tampoco, ofrece diferentes perspectivas visuales que instigan la sensibilidad del ojo y de los demás sentidos.
Todd Saunders.- Para respetar algo es necesario conocerlo a fondo. Cuanto más conocemos a una persona, más se incrementa o mengua nuestro respeto por ella. Y creo que nuestra arquitectura actúa igual. Raramente dibujamos ideas de repente. Vamos conociendo el lugar y, a medida que ese conocimiento aumenta, vamos dibujando. Se trata de respetar el sitio antes incluso de comprenderlo.
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