Parece que Samsung sigue expandiendo los límites entre arte y tecnología con su nueva pantalla: The Frame Pro. Un televisor que busca camuflarse para convertir la sala de estar en una galería privada, aunque sin renunciar a prestaciones visuales de alta gama. Un salto estético y técnico que aporta un enfoque distinto a la contemplación artística.
Samsung y el arte como código fuente
Desde sus orígenes en el terreno audiovisual, Samsung ha demostrado que la innovación va de la mano de la estética. Por ello la firma surcoreana ha sabido leer los gestos del tiempo: si en los noventa reinaba el minimalismo, hoy lo es la personalización radical. The Frame nació de esa intuición: la de convertir un televisor en un objeto de deseo incluso cuando está apagado; y con el nuevo The Frame Pro esa idea ha alcanzado una nueva dimensión.

En este caso, no se trata de camuflar una pantalla entre lienzos, sino de reconfigurar la televisión como un medio curatorial. ¿Qué significa que en una casa pueda colgarse una obra de Klimt, una fotografía de Salgado o un retrato familiar sin necesidad de impresoras, marcos ni clavos? El Modo Arte de The Frame Pro configura una galería interactiva y personalizable, alimentada por una tienda online con piezas de museos de todo el mundo. Y lo hace con una calidad que elimina el reflejo, iguala el contraste a la luz ambiente y cuida el cromatismo con una fidelidad museográfica.

La verdadera revolución es la de la imagen como presencia continua. The Frame Pro permanece como una obra expuesta, integrada al mobiliario con marcos intercambiables, que permiten pasar del roble claro a un negro elegante en segundos. Y vez de imponer su identidad, se adapta al ritmo de cada hogar como si fuera un objeto más de la colección personal.

La radicalidad de lo invisible en The Frame Pro
Este nuevo modelo de Samsung muestra cómo la tecnología más avanzada no siempre posee una apariencia futurista. Con un panel antirreflejos, con sensores para activar el Modo Arte cuando hay alguien cerca o con inteligencia artificial para mejorar la calidad de la imagen por completo. Más allá de su formato, The Frame Pro introduce una idea fascinante: la del museo portátil. Lo que antes requería salas, vigilantes, entornos climatizados y etiquetas ahora cabe en un salón. Un hecho que expande el arte y nuestra relación con él.

¿Qué ocurre cuando una persona desayuna frente a un cuadro de Turner o cocina con una escultura digital en el fondo? Es así como Samsung propone una museografía emocional e íntima. No obstante, The Frame Pro no descuida sus raíces: es un televisor con las máximas capacidades técnicas que se espera de un producto premium. Resolución 4K, procesador Quantum Dot (NQ4 AI Gen3), sonido envolvente y conectividad total con dispositivos del ecosistema Samsung. Un diseño que funciona de umbral hacia un presente más atento a la belleza y la forma. Artesanía electrónica que se pone al servicio de la experiencia visual. Y es que, si el arte nos cambia, tal vez era momento de dejarlo entrar también por la pantalla.

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