“El agua en movimiento es agua viva”, señala la diseñadora Teresa Van Dongen. Es por ello que su obra reivindica el valor cada vez más olvidado del fluido básico de la vida. A veces se habla de un buen vino y no de una buena agua, cuando paradójicamente lo primero no es saludable y lo segundo es vital.
Arriba, medio y abajo se realizaron en colaboración con el Museo Nacional del Vidrio y el Glass Studio de Leerdam. Sus diseños —en forma de gota y de agua vertida— están pensados para el deleite de su recorrido y para apreciarla, dinámica, mientras se sirve o se bebe.