En nuestra sociedad acelerada, la religión se ha visto relegada por otros estilos de vida que promueven un diálogo interior propio. Quizá eso sea lo más atrayente del aniconismo y las creencias no teístas: su dimensión de autoconocimiento y ejercicio de pausa mental. Y parece que, a los pies de la Gran Muralla china, Atelier Deshaus ha diseñado el templo idóneo para realizar esta especie de propiocepción emocional.
La Gran Muralla como telón de fondo
El equipo de arquitectos shanghainés ha erigido un santuario en el valle de la montaña Jinshan, muy próximo a la colosal Gran Muralla. El espacio funciona como una especie de claustro contemporáneo —hermético e introvertido— que disminuye los estímulos exteriores. No obstante, su estructura perforada por patios y claraboyas dispersas introduce el paisaje al interior, capturando instantáneas que relajan la atmósfera para no ser opresiva.
El proyecto se remata con una cubierta de fibra de vidrio curva y una chimenea que remarca la expresión vertical de la espiritualidad. Esta verticalidad se complementa con la abertura horizontal que enmarca el valle y el monumento tradicional chino. En esta sala de la omnisciencia, nuestro cuerpo físico se vincula a algo apenas comprensible, pero que nos hace entender, de algún modo, nuestra insignificancia.
La topografía emocional de Atelier Deshaus
En realidad, gran parte del acierto ha consistido en generar un ambiente abstracto —solo un pequeño espacio próximo a la entrada contiene imágenes de Buda— con un lenguaje geométricamente sencillo, aunque volumétricamente impactante gracias a los planos arquitectónicos que se subliman con la luz y la naturaleza.
El diseño de los diferentes jardines es obra de Shunmyō Masuno —arquitecto paisajista y monje—, quien ha conseguido atrapar ese pulso que nos hace conectar con algo más profundo dentro de nosotros. Y es que hay cierta belleza en lo abstracto, en esa operación mental que, a través de la simplificación de una cualidad, consigue evocar un significado mayor.
La propuesta se enrosca a la ladera, serpenteando por la topografía en desnivel y estableciendo una transición equilibrada entre terreno y edificio hasta fundirse. Desde el acceso por el patio superior hasta la estancia de meditación, el visitante va desdiciendo por el recorrido cada vez más escalonado. Porque más allá de la promenade arquitectónica, Atelier Deshaus ha logrado crear una topografía emocional: un estado imaginario donde sentirte seguro y encontrarse.
En este enlace puedes leer el reportaje que hicimos sobre Atelier Deshaus en ROOM Diseño.
Atelier Deshaus fue fundado en Shanghai en 2001, su enfoque poético está estrechamente relacionado con el lugar y la memoria, pero con revisión contemporánea lo que ha hecho que se conviertan en un referente de la arquitectura moderna china.
El claustro contemporáneo para la meditación diseñado por el equipo sanghainés se ubica a los pies de la Gran Muralla china, en la montaña Golden Mountain, en el valle de de Jinshan.