Editado por La Fábrica y con la autoría de Macarena Navarro-Reverter, el nuevo libro Sevilla. Artesanía y Diseño es un auténtico mapa del tesoro. Un itinerario de 271 páginas —con edición bilingüe— por la realidad del savoir faire de Sevilla: esa ciudad donde la modernidad y la tradición su funden con una identidad propia.
Sevilla: una llama histórica llena de futuro
Sevilla ha erigido sus cimientos sobre el arte. Y la pasada celebración de la exposición de Homo Faber en la ciudad ha dejado constancia de ello. De hecho, caminar por sus calles puede considerarse un ejercicio catártico; un viaje a pie hacia un pasado que todavía persiste y que abraza, sin miedo alguno, las nuevas innovaciones del presente. Sin pastiches ni remiendos, sino con plena armonía. Esa misma que se derrama por los cirios que pasean sus hermandades; la que se otea en los trajes engalanados que ahora conquistan pasarelas o la que se siente en las nuevas reinterpretaciones del saber artesanal más genuino. Porque Sevilla es tan plural como abierta, tan mística como milenaria. La cuna en la que yacen los resquicios de tradiciones de antaño que aún siguen respirando el aroma del azahar.
Después de aquella Sombra iluminada con la que nos alumbró la pasada edición del Madrid Design Festival, La Fábrica ha publicado una joya perenne sobre aquella muestra caduca. Un testimonio de lo que allí hubo y que permanece en los alrededores del Guadalquivir. Y todo en un libro donde Macarena Navarro-Reverter nos sumerge directamente en las profundidades de Sevilla: en la vinculación histórica de la artesanía con sus fiestas, en sus iconografías, en lo que se esconde en los talleres y en todo lo que habita tras sus bambalinas. Una edición bilingüe con un exquisito material gráfico que acerca al público español y extranjero las maravillas que nacen de las manos de una serie de diseñadores y artesanos hispalenses o afincados en esta tierra. Creadores emergentes o de larga trayectoria que continúan abonando el patrimonio de su urbe. Floreciendo sin descanso bajo aquellas técnicas y materiales que les precedieron.
Diseño y artesanía sevillana
Surge así una ristra de nombres cuyo eco puede resonar lejano y otros que rezuman una actualidad acuciante. No importan los siglos que separen sus hazañas, la práctica se mantiene impávida: orfebrería, cerería, bordado, ganchillo, cordonería, pasamanería, confección textil, sombrerería, guarnicionería, cerámica e incluso el novedoso art design. Estudios, talleres y artistas independientes que fomentan y potencian desde su marca toda una recuperación de oficios, constituyendo el nuevo diseño de Sevilla. Así lo vemos en Todomuta Studio, el dúo compuesto por Laura Molina y Sergio Herrera que funde materiales de gran nobleza para concebir objetos de edición limitada. Su huella se percibe en ese matiz híbrido que los hace únicos: la estética ancestral con aire futurista. De igual manera, el tándem que conforma Las Ánimas —Trini Salamanca y Pablo Párraga— pone de relieve una iconografía esotérica y tribal a través de una producción variada de muebles, esculturas y piezas que desafían muchas veces la funcionalidad y proclaman el poder de la simbología en sus contornos.
En el terreno de la cerámica, Yukiko Kitahara —Premio Nacional de Diseño— elabora a mano obras de porcelana que encuentran su inspiración formal en productos desechables, con la intención de darles un cariz duradero lleno de delicadeza. Un mundo repleto de animales que trepan, conquistan y convierten vajillas en un lienzo de posibilidades zoomórficas. En el caso de Concha Ybarra, la cerámica adquiere otro despunte más intimista que parte de la experimentación matérica, incluyendo componentes como la madera, el cristal o el alambre en sus métodos de trabajo. El resultado se decanta por lo onírico, la fisiología vegetal y un misterio insondable. Misterio que también comparte la síntesis simbólica y rica en texturas de Irene Infantes, una artista que no distingue entre diseño y arte, sino que todo lo combina. Aunque lo textil se mantiene como el eje vertebrador de su práctica.
Sevilla. Artesanía y Diseño nos deja claro que la capital andaluza “tiene un color especial”, como cantaban Los del Río. Lo percibimos en su capacidad de mantener en pie talleres como la Antigua Cerería del Salvador desde 1845, la Cordonería Alba desde 1904, la pasamantería de Casa Rodríguez desde 1913 o las forjas de Artesanía Salcedo desde 1962. Pero también en su afán innovador por reinventarse tomando como referencia una herencia rica y llena de talento. Ese es el punto que hace de Sevilla el centro de nuevos horizontes: una artesanía que no solo atañe a lo local, sino que se expande por el mundo llevando consigo toda su historia.