Olafur Eliasson es uno de los creadores más brillantes de su generación. Sus obras se encuentran en los centros de arte más destacados, y sus exposiciones y homenajes se suceden después de una carrera incontestable de casi 30 años. Una de sus últimas inauguraciones —Olafur: In real life— abrió sus puertas en julio del presente año en la Tate Modern de Londres. Hablamos de casi 40 piezas en torno a las consecuencias del cambio climático.
Desde el pasado septiembre, cualquiera que pasee por San Francisco podrá ver unas formas gigantescas ubicadas en una plaza contigua al complejo deportivo Chase Center, casa del equipo de baloncesto de los Golden State Warriors. Se trata de Seeing Spheres, cinco grandes esferas de acero pulido de casi cinco metros de diámetro. El conjunto está colocado en círculo sobre un cuadrado de cemento, creando una mirada recíproca e infinita que refleja todo lo que hay alrededor.
La propuesta de Olafur Eliasson pretende provocar una visión externa del propio espacio donde quedan circunscritas las figuras. De este modo, arquitecturas circundantes y ciudadanos participan en la proyección que de ellos mismos hacen las esculturas, en un juego óptico acentuado por los espejos que componen cada uno de estos monumentales objetos metálicos.
La luz, el color y los efectos visuales forman parte del devenir creativo de Olafur Eliasson. Lo hemos visto en obras como Your Rainbow Panorama, Colour space embracer o Una mirada a lo que vendrá, presentada en la galería Elvira González de Madrid el año pasado. Con Seeing Spheres, el equipo que trabaja con el artista danés —arquitectos, ingenieros, diseñadores, etc.— da un paso más en el desarrollo de experiencias artísticas de ámbito público, y refuerza el vínculo que Eliasson mantiene con grandes nombres de la historia del arte, como James Turrell, Fred Eversley o Regine Schumann.