Incluso cuando surgen imprevistos y Luzinterruptus tienen que cambiar sobre la marcha la instalación que tenían prevista, consiguen impactar y generar polémica. Así, fruto de la improvisación nació ¿Saliendo a flote?
Lo que en un principio consistía en una poética manera de revivir las antiguas leyendas sobre los misteriosos seres que habitaban en los lagos con figuras luminosas que salían y entraban del agua, resultó ser imposible de realizar. Baignade Interdite era el nombre original de un plan pensado para la Bienal Panorama y que se ubicaba en el Parcs des Iris et de l’Ermitage du Lormont, junto a Burdeos. Pero el color blanco lechoso de sus aguas, provocado por las rocas calcáreas que allí se encuentran, truncó ese planteamiento, ya que era imposible ver más allá de la superficie. Y eso era una premisa básica.
Pero como Luzinterruptus nos tiene acostumbrados, ante un problema siempre hallan una solución. Y haciéndose valer de parte del material que tenían preparado, los guantes de látex, consiguieron replantear todo el procedimiento. La leyenda se hacía realidad. Pero como todo en la vida, depende de cómo miremos las cosas para entenderlas. Siendo así, habrá quien vea pequeños destellos de luz intentando salir a flote y quien opine que en realidad se están hundiendo. Una reflexión filosófica de la situación que, independientemente de que seamos de los optimistas o los pesimistas, nos ha tocado vivir. Sea como sea hay una cosa que queda clara al ver las imágenes: cuantas más manos haya a tu alrededor, más posibilidades habrá de salir a flote.