Otro año más, Milán se viste con el mejor diseño y lo saca a pasear por sus calles. Afines a la cita anual de la Milan Design Week, en ROOM Diseño hemos querido empezar visitando uno de sus puntos imprescindibles, la galería Rossana Orlandi: el hogar del collectible design.
Una colección permanente en la Milan Design Week
Escondida tras un soportal de la Via Matteo Bandello, al cruzar el portón de la Galería Rossana Orlandi uno se adentra -como Alicia en la madriguera- en un doméstico país de las maravillas. Ante nosotros se despliega un caótico devenir de estancias en las que se recoge el diseño menos normativo: bestias extrañas que rugen entre la utilidad y la necesidad de solo ser contempladas. Todo lo que Orlandi introduce en su gabinete de curiosidades proyecta un futuro fructífero y misterioso; y es que de sus ambientes han salido muchos de los nombres referentes que hoy copan la esfera internacional; desde Carbonell a Ocón, pero también Baas, Zupanc o Mendini. La lista no deja de ampliarse, tampoco la magia a la hora de apostar por lo emergente.
En esta nueva edición de Milán Design Week, la exhibición de Rossana Orlandi nos ha empujado al reencuentro con diseñadores que ya nos sorprendieron desde el primer minuto. Hablamos de Draga & Aurel y su escenografía Color Waterfall , en la que han generado una cascada cromática que parece derretirse desde el techo frente a nuestros ojos. La linealidad y el colorismo imperante en los contornos medidos de sus trabajos se traduce en el minimalismo de las luminarias RAY en las que, como ellos mismos dicen, “luz y color son inseparables”. Un recorrido donde el mobiliario y los lienzos acrílicos de Aurel K. Basedow dialogan con naturalidad hasta la explosión visual. Siempre en sintonía.
Instalaciones y piezas en la Galería Rossana Orlandi
No muy lejos de allí, los miembros de atelier oï PRIVÉ han vuelto a romper la jerarquía entre material y movimiento. Lo vemos en Hélïcoidale, una fusión de madera y geometría estudiada que gira sobre sí misma originando una atmósfera de quietud palpable. Y, de igual manera, lo han llevado a cabo en la famosa Aura: un compendio de luminosidad controlada, vidrio y oscilación. La hipnosis de un reflejo sometido al cambio continuo.
También afín a la alteración -en este caso sólida- es el proyecto que Secondome y Studio F ha titulado como la Stanza delle Necessità. Así se une la manufactura de Gio Tirotto, Naessi Studio, Duccio Maria Gambi, Giulio Iachetti y Simone Fanciullacci en una auténtica “sala de los menesteres” harrypottiense. El empuje se basa en reivindicar la madera como componente moldeable, y el resultado es una carta de amor escrita por un conjunto de muebles que no tienen reparo en demostrar su extraña -a veces cuestionable- funcionalidad, aunque su misión principal sea “crear objetos que satisfagan las necesidades del alma”.
En otro orden de piezas, no podemos olvidar mencionar la Cabinet Superfluum de Tomás Kuĉera -un verdadero homenaje a Sottssas en pleno siglo XXI- o la Facade Cabinet de Jordan Artisan, otro homenaje, pero a la arquitectura romana a punto de deshacerse como un reloj daliniano.
En esa flexibilidad matérica destaca la Aluminium Collectionde Jan Ankiersztajn, capaz de domar el metal a través de un mobiliario lleno de presencia; además de la vasija Abyssde Jan Plechac para Mose, quien muestra las tres fases de su producción como las tres edades humanas.
Siempre es lo mismo en Rossana Orlandi: nada es lo que parece y, a la vez, todo dice más de lo que es realmente. Una inmersión que altera nuestro modo de confiar en los sentidos con la misma recurrencia de antaño. Quizás vaya siendo hora de girar la vista hacia nuevas propuestas para complementar esta costumbre. ¿Puede ser Nilufar la gran heredera de su monopolio?
En el siguiente enlace puedes ver artículos de anteriores ediciones de la Milan Design Week