El estudio PAO (People’s Architecture Office) propone Qianhai Floating City para dar su visión de que el espacio público debe ser lo suficientemente resiliente como para acoger una diversidad de personas con distintos hábitos, niveles económicos, edades y culturas. El trabajo forma parte de la octava Bi-City Biennale of UrbanismArchitecture (UABB) de la bahía de Qianhai (Shenzhen, China).
¿Para qué una ciudad flotante ?
Andamios de alquiler y luces de neón. La ciudad es ese espectáculo cada vez más difícil de entender. Puede que llegue el punto en que nos sintamos confusos y dudemos. ¿Qué es una ciudad? ¿Son redes optimizadas de servicios superpuestos o una amalgama de infraestructuras obsoletas? ¿Es un monstruo devorador de individuos o una fuente de inspiración? ¿Es algo de lo que debemos huir o algo que debemos cultivar a toda costa?
El estudio PAO (People’s Architecture Office) propone Qianhai Floating City para aliviar ligeramente —valga el doble sentido— la incertidumbre causada por todos estos sentimientos encontrados. Su respuesta se basa en la visión de que el espacio público debe ser lo suficientemente resiliente como para acoger una diversidad de personas con distintos hábitos, niveles económicos, edades y culturas.
La respuesta de la Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Shenzhen
El trabajo forma parte de la octava Bienal de Arquitectura y Urbanismo de la bahía de Qianhai (Shenzhen, China). A través del urbanismo y la arquitectura, esta exposición internacional pone el foco sobre el modelo de expansión repentina que se ha experimentado en algunas metrópolis —especialmente en las chinas— y los problemas derivados de ella.
Los arquitectos se atrevieron a consensuar un centro expositivo entre todos los participantes de la muestra, para que el resultado reflejase las consideraciones del mayor número de voces posible. Pensaron en una trama tridimensional de andamios sobre la que se pudiesen encajar las propuestas de la feria y elaboraron un lenguaje de pantallas textiles, hinchables de plástico y pasarelas de colores que sirviese de reclamo para los visitantes y aumentara las posibilidades de exhibición.
De Archigram a People’s Architecture Office
El estudio chino materializa las ideas que el colectivo Archigram imaginó en sus Instant cities: cápsulas flotantes repletas de actividades lúdicas que se posaban sobre pequeñas urbes o suburbios “dormidos” y colonizaban el entorno con su dinamismo. La pieza de People’s Architecture Office recupera ese planteamiento para evidenciar las carencias de un modelo de desarrollo impuesto, que piensa demasiado en espacios urbanizados y urbanizables en vez de invertir en procesos de diseño más transversales e inclusivos.
La ciudad flotante aterriza sobre un descampado de la bahía de Qianhai, un hueco en la trama de un distrito construido sobre terrenos ganados al mar. El proyecto consigue hacer funcionar su programa en un lugar donde la estrategia predominante no ha sido capaz. Al final los conceptos pesan, la infraestructura no.
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