Vivienda unifamiliar entre medianeras ubicada en Cullera (Valencia – España). De escasos 56 metros cuadrados se conforma a partir de una simple extrusión lineal hasta llegar a la tercera planta donde realizamos una pequeña inclinación en planta justa en la parte trasera, donde aparecerá una terraza con vistas a la montaña y el castillo de Cullera.
Nos enfrentamos a prácticamente un cuadrado de escasos 56 metros cuadrados para diseñar esta vivienda unifamiliar. La conformamos a partir de una simple extrusión lineal hasta llegar a la tercera planta donde realizamos una pequeña inclinación en planta justa en la parte trasera, donde aparecerá una terraza con vistas a la montaña y el castillo de Cullera.
Esta extrusión lineal queda totalmente permeable en planta baja en ambos extremos, y mediante pequeñas rasgaduras lineales, en planta primera y segunda, favoreciendo una correcta iluminación y protegiéndonos de las miradas indiscretas debido a la cercanía con el exterior.
La planta baja la destinamos íntegramente para la zona de día, ubicando un patio en la zona delantera y otro en la zona trasera, ubicando en ambas zonas ajardinadas que permitan generar un campo de visión más agradable y amplio, gracias a que generamos dos rasgaduras de vidrio totalmente lineal de extremo a extremo, en ambos sentidos. Invitando de este modo a unir el espacio interior con el exterior.
En este nivel buscamos que la cocina se convierta en un elemento vertebrador del espacio, por ello, diseñamos un espacio continuo de almacenamiento, que integra tanto la zona de televisión, zona de almacenaje y zona de cocina en un mismo espacio.
La otra pieza más importante que nos ayuda a vertebrar y terminar de configurar el espacio es la escalera. Ésta la diseñamos en primer lugar, para que tuviese de algún modo, una presencia liviana, por ello, el primer tramo de la misma se realiza mediante una chapa de acero plegada lacada en blanco, reduciendo de este modo un peso visual importante. Y en segundo lugar, debía comportarse como un elemento escultórico, ya que albergaba en su interior dos accesos, uno hacia el sótano y el otra hacia un pequeño aseo de invitados, los cuales queríamos mimetizar al máximo. Por este motivo, realizamos un revestimiento continúo de todos paramentos verticales, incluidas las puertas de acceso.
La escalera también queda retranqueada de la fachada principal, por dos motivos, el primero la abertura programada en dicha fachada no quedase interrumpida por un elemento opaco, consiguiendo al mismo tiempo una mayor iluminación interior y una mejor interpretación visual de los elementos que conforman el espacio. El otro motivo fue para conseguir, mediante un movimiento hacia delante de unos 60 centímetros, que la iluminación cenital que habíamos proyectado a través de un lucernario en la parte superior de la misma, pudiese atravesar verticalmente todo el núcleo de comunicación enfatizando el mismo y otorgándolo una mayor iluminación a lo largo del día.
La entrada a la vivienda la planteamos a través de una zona previa de unos cinco metros de profundidad, donde ubicamos un porche y una pequeña zona verde. El porche lo definimos como un espacio multifuncional, nos sirve tanto para zona estancial como para zona de aparcamiento, gracias a la pérgola de lamas metálicas que protege del sol en los meses más calurosos del año. Para generar una continuidad en toda esta zona, elegimos un mismo material para todo el espacio. El adoquín escogido es una pieza de gran formato y de color gris antracita que termina justo en la zona ajardinada.
En planta primera nos encontramos con dos dormitorios con baños incluidos, y la planta segunda, queda destinada a zona de estudio, y lavandería.
- Estudio
- Carles Faus Arquitectura