Reforma de ático en edificio del arquitecto Luis Gutiérrez Soto

ESTUDIO

Los espacios se organizan a través de un gran recibidor que los conecta entre sí, de la siguiente manera: El salón-comedor alrededor del balcón, en la esquina del edificio, se alimenta de la luz que recibe casi todo el día, debido a la privilegiada Orientación Sur-Este de la vivienda. Los dormitorios a ambos lados del salón ocupan el resto de ventanas que dan al exterior. La cocina y el dormitorio de servicio son las dos únicas ventanas que dan al interior. Entre las zonas comunes y el acceso a los dormitorios se genera una especie de distribuidor que permite realizar la transición de los espacios público-privados de forma más paulatina.

Nos encontramos ante la tipología de manzana típica del barrio de Salamanca, con la particularidad de que en este caso un patio la perfora longitudinalmente y sirve de separación entre los distintos edificios que la componen.

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El apartamento a intervenir se encuentra ubicado en el último piso de uno de los edificios que hace esquina entre la calle y el patio. El proyecto fue diseñado y construido en 1975 por Luis Gutiérrez Soto, quien resolvió de manera excepcional las diferentes viviendas, logrando un gran frente de ventanales al exterior y una planta casi cuadrada, que permite una gran variedad de posibilidades de distribución. Las necesidades que demandan sus nuevos propietarios incluyen 3 dormitorios dobles con baño en suite, sala de televisión con opción a convertirse ocasionalmente en dormitorio, aseo con ducha, cocina comunicada con la zona de servicio y salón-comedor.

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Los espacios se organizan a través de un gran salón que los conecta entre sí, como sigue:
El salón-comedor alrededor del balcón, en la esquina del edificio, se alimenta de la luz que recibe casi todo el día, debido a la privilegiada orientación Sur-Este de la casa. Los dormitorios a ambos lados del salón ocupan el resto de ventanas que dan al exterior. La cocina y el dormitorio de servicio son las dos únicas ventanas que dan al interior.
Entre las zonas comunes y el acceso a los dormitorios se genera una especie de distribuidor que permite realizar la transición de los espacios público-privados de forma más paulatina.
Con este planteamiento se consigue aprovechar la mínima superficie en circulaciones, como por ejemplo pasillos, lo que en un piso grande como éste supondría un gran desperdicio.
La materialidad del proyecto pretende potenciar los ambientes tradicionales de los edificios residenciales de Madrid, utilizando madera de roble o mármol, y al mismo tiempo adaptarse a estilos, tendencias y formas de vida contemporáneas.

Estudio
BarrioBohrer

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