Ubicado en el poniente de la Ciudad de México, Privée Bosques es un desarrollo residencial que se adapta a la topografía de un terreno inclinado para maximizar las vistas hacia un barranco y un campo de golf. El complejo está compuesto por seis edificios escalonados en dos líneas paralelas, que generan amplias terrazas y conexiones visuales con el entorno natural. Las fachadas, revestidas en piedra beige y acentuadas con detalles en piedra gris Oxford, refuerzan la relación entre arquitectura y paisaje. Un edificio de servicios centraliza las amenidades, mientras que las áreas verdes y el diseño del estacionamiento subterráneo permiten un flujo continuo y eficiente. Privée Bosques establece un equilibrio entre elegancia y funcionalidad, creando un espacio residencial que se integra al entorno y favorece una experiencia de vida conectada con la naturaleza.
Privée Bosques se sitúa en el poniente de la Ciudad de México, en un predio de 32,160 m² marcado por una pronunciada pendiente que desciende abruptamente en su último tercio, permitiendo que el proyecto se abra hacia un barranco que colinda con un club de golf. Esta ubicación estratégica se traduce en un diseño que prioriza la relación visual con el paisaje circundante y maximiza las vistas hacia el entorno natural.
El proyecto se estructura en seis edificios dispuestos en dos hileras paralelas al barranco, cada una con tres edificios. Cada volumen alberga diez departamentos de 450 m² distribuidos en cinco niveles, dos por planta, sumando un total de 60 unidades. La disposición escalonada responde a la topografía del terreno y permite que cada vivienda tenga una conexión directa con el entorno, aprovechando las visuales hacia el barranco y el campo de golf adyacente. La arquitectura del complejo se concibe desde la reinterpretación del paisaje, adoptando un juego de desplazamientos horizontales que otorgan dinamismo y ritmo a las fachadas. Este escalonamiento crea, además, amplias terrazas que funcionan como espacios intermedios, permitiendo una transición suave entre el interior de los departamentos y el exterior.
El ingreso al conjunto se organiza a partir de una plaza circular, que establece un acceso peatonal y vehicular al proyecto. En este punto se despliega un edificio de servicios de tres niveles que centraliza las áreas comunes del complejo. Aquí se encuentran diversas amenidades que buscan satisfacer las necesidades de esparcimiento y bienestar de los residentes, como salones de usos múltiples, áreas de juego, spa, gimnasio y piscina. Este volumen no solo funciona como núcleo social, sino que se integra al terreno mediante una absorción del desnivel, estableciendo una conexión visual y física con una zona verde de 3,500 m². Esta área verde articula la relación entre los espacios públicos y la primera línea de edificios de departamentos, creando un recorrido continuo y fluido.
Debajo de la primera hilera de edificios se despliega un sistema de estacionamiento subterráneo en dos niveles. Esta solución no solo maximiza el uso del terreno, sino que garantiza una circulación eficiente y discreta dentro del complejo. Los estacionamientos están conectados por medio de puentes, permitiendo el acceso a cada uno de los edificios de la primera línea, y los ascensores facilitan la llegada a los departamentos desde el subsuelo, asegurando comodidad y privacidad para los usuarios.
En términos de diseño arquitectónico, las fachadas del complejo buscan un equilibrio entre sobriedad y presencia. Las edificaciones están revestidas en piedra beige, cuya disposición genera una sensación de bloques que emergen de la pendiente, formando un diálogo con el paisaje circundante. Los detalles en piedra gris Oxford y los amplios ventanales refuerzan la relación visual con el entorno, potenciando la entrada de luz natural y acentuando las vistas hacia el barranco. Cada una de las viviendas integra ventanales que maximizan la conexión con el exterior, permitiendo que el paisaje se integre a los espacios interiores y creando una atmósfera de serenidad y apertura.
Privée Bosques se presenta como un proyecto que se adapta al terreno, estableciendo un equilibrio entre arquitectura y naturaleza. La disposición cuidadosa de sus volúmenes y la incorporación de elementos de diseño que responden a las características topográficas aseguran que el complejo no solo ocupe el espacio, sino que dialogue con él, estableciendo un vínculo armonioso entre las viviendas y el entorno natural del poniente de la ciudad.
- Estudio
- Migdal Arquitectos